Hablamos de Alcoholismo y depresión como enfermedades. Una causada por el consumo abusivo de bebidas alcohólicas y por la adicción que crea este hábito. La depresión o trastorno mental que se caracteriza por una profunda tristeza, decaimiento anímico, baja autoestima, pérdida de interés por todo y disminución de las funciones psíquicas.
Así como existen criterios para el diagnóstico del alcoholismo, la depresión es un estado de ánimo que complementa como trastorno mental.
El Alcoholismo y la depresión
La asociación de alcoholismo y depresión aparece frecuentemente en la clínica psiquiátrica. A menudo, muchos alcohólicos, en el curso de su enfermedad, padecen cuadros depresivos de intensidad moderada o grave.
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Si se analiza a relación entre alcoholismo y depresión, se puede hablar de tres tipos de enfermos:
- Enfermos depresivos que beben
- Enfermos alcohólicos que se deprimen
- Enfermos que acaban padeciendo las dos enfermedades
Enfermos depresivos que beben
Muchas veces, un enfermo deprimido inicia el consumo de alcohol para aliviar su síntoma depresivo. Es necesario plantear al paciente una abstinencia absoluta de bebidas alcohólicas por varios motivos:
- El alcohol está contraindicado, ya que altera el mecanismo de acción de los antidepresivos
- Su abuso comporta frecuentes reacciones depresivas cuando disminuye el nivel de alcohol en sangre
- Son pacientes que tienen un alto riesgo de padecer un síndrome de dependencia alcohólica
Enfermos que se deprimen; alcohólicos y depresión
No es de extrañar que un paciente alcohólico se deprima. En la evolución de su enfermedad, hay una mayor incidencia de cuadros depresivos en las fases siguientes:
- Al inicio de su enfermedad, aparecen reacciones depresivas después de embriagueces típicas o atípicas. Es cuando el paciente hace los primeros intentos de dosificarse o se esfuerza en mantenerse abstinente una corta temporada.
- Según progresa su enfermedad, el paciente se va deteriorando psíquica, física y socialmente; aparece una sintomatología alcohólica que en el área psíquica da lugar a la neurosis alcohólica, con unos síntomas que pueden aparecer también en la enfermedad depresiva (anorexia, insomnio, ideas de muerte, etc).
- Un tipo especial de reacción depresiva es el llamado ‘duelo del alcohólico’. Suele manifestarse después de la fase de desintoxicación, cuando el enfermo inicia el tratamiento psicoterapéutico. Cursa con síntomas de inhibición, astenia, abulia, inapetencia, tristeza, trastornos del sueño, y, a menudo, impotencia sexual. Acostumbran a ser cuadros depresivos de intensidad moderada, que no duran más de 3 o 4 meses, y que ceden espontáneamente con la continuidad de la abstinencia y la terapia grupal. Los antidepresivos sólo están indicados en casos excepcionales. La psicoterapia es eficaz.
- Un cuadro depresivo agudo y grave, que se da con cierta frecuencia en el enfermo alcohólico, es cuando éste recae. Esta reacción depresiva puede precipitar el abandono del tratamiento, ingesta masiva, intentos de suicidio, etc., con un serio riesgo vital para el paciente.
Enfermos que padecen las dos enfermedades
Son pacientes en los que están presentes plenamente las dos enfermedades. Por un lado, están los enfermos depresivos que, en el transcurso de su enfermedad, se alcoholizan progresivamente en un intento de auto medicación. Por otro lado, están los enfermos alcohólicos de larga evolución que pueden padecer graves cuadros depresivos que no se modifican con la abstinencia. Es imprescindible el abordaje terapéutico de las dos enfermedades a la vez para obtener resultados satisfactorios.
Autor: Comunicación Clínicas CITA