Se pueden ver en YouTube una colección de videos que, con el título de Hikea, presenta a personas anónimas y voluntarias que, después de tomar diversas drogas – cada capítulo está protagonizado por nuevos personajes y nuevas sustancias- montan muebles de la famosa marca de interiorismo y decoración Ikea. Y con un éxito incuestionable: los videos ya suman varios millones de visitas.
Los responsables de esta insólita y surrealista iniciativa, han explicado que, si montar muebles de Ikea ya es un reto considerable para mucha gente, con este experimento consiguen añadir muchos grados de dificultad y de diversión.
También advierten que el consumo de drogas puede afectar de manera adversa a nuestra salud y de que el visionado de sus reportajes es sólo adecuado para mayores de edad, aunque evidentemente se trata de una advertencia tan frívola como ineficaz.
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En un primer vídeo, una pareja intenta montar unas cajoneras bajo los efectos del LSD y en pleno festival de efectos psicodélicos, con distorsión sensitiva, visual y auditiva.
En el segundo episodio de la serie, un joven se esfuerza por completar un escritorio bajo los efectos de setas alucinógenas. Al acabar lo que a priori era un fácil cometido, la tarea le ha llevado 5 horas, se ve incapaz de seguir muchas de las instrucciones y le acaban sobrando piezas.
Y así hasta completar un largo catálogo de sustancias alteradoras del ánimo y de las capacidades cognitivas, como cocaína, alcohol, cannabis, anfetaminas, etc…
Un precedente de este experimento puede encontrarse en el cineasta norteamericano Michael Blieden, quien en 2007 dirigió un documental titulado Super High Me, en el que un actor se pasaba 30 días fumando marihuana y tratando de realizar todas las actividades cotidianas bajo el efecto constante de la droga.
En España, el programa de Samanta Villar, 21 días, repitió este enfoque y mostró a la reportera pasando también casi un mes bajo los efectos de la marihuana.
Autor: Comunicación Clínicas CITA