Los accidentes de tráfico se han convertido en un grave problema de nuestra época. A diferencia de las grandes epidemias que han tenido lugar, causadas por agentes extraños y externos al ser humano, en los accidentes de tráfico, el principal responsable es el propio ser humano.
De esta forma, se puede decir que la gran integración de los vehículos de motor en nuestra vida diaria supone una gran amenaza para las vidas humanas, pero hay que tener en cuenta que cada vez los coches tienen una mayor seguridad y que la gran mayoría de los accidentes son evitables.
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Fármacos, drogas y alcohol
En este sentido, una de las causas más frecuentes de los accidentes de tráfico es la influencia en la conducción de los fármacos, drogas y alcohol. Si ya de primeras la conducción se puede considerar una actividad compleja y peligrosa, con el consumo de sustancias que alteran las capacidades para conducir, el riesgo de sufrir un accidente de coche aumenta notablemente.
Según la Organización Mundial de la Salud, de cada 100 accidentes que resultan mortales, entre 30 y 50 estaban relacionados con el alcohol mientras que, en un 10%, los responsables de los accidentes habían consumido algún tipo de droga.
En este artículo, vamos a centrarnos en tres aspectos esenciales que influyen en los accidentes de tráfico: el alcohol, las drogas y los fármacos o medicamentos.
En nuestra cultura, el alcohol se considera una droga socialmente aceptada e integrada. No obstante, al igual que el resto de drogas, puede llegar a provocar la muerte de la persona, no solo por las enfermedades que puede provocar, sino también por los accidentes de tráfico, puesto que más de la mitad de las personas fallecidas en estos accidentes han estado relacionadas con el consumo de alcohol.
Hoy en día, todo el mundo sabe que la conducción bajo los efectos del alcohol es peligrosa, pero muy pocos conductores saben a qué riesgos se exponen exactamente cuando conducen bajo dichos efectos. El alcohol actúa como tóxico del sistema nervioso central y ejerce un efecto depresor (adormecedor) sobre sus funciones. Asimismo, se divide en cuatro fases: euforia, alteración de la conducta, somnolencia y el coma etílico. Todas y cada una de ellas peligrosas a la hora de conducir.
En cuanto a las drogas, en los últimos años ha aumentado considerablemente los conductores que dan positivo en los controles de alcoholemia o en los de otras drogas. Esto está relacionado con que, según la Organización de las Naciones Unidas, actualmente existe un elevado número de personas que consumen drogas ilegales. Las sustancias más consumidas son el cannabis, seguido por los estimulantes, anfetaminas, cocaína, opiáceos y la heroína.
Generalmente, consumir este tipo de drogas afecta al sistema nervioso central, provocando alteraciones de la percepción, cambios en el estado de ánimo de la persona o alteración del umbral del dolor, entre otros.
Por último, se encuentran los medicamentos o fármacos. Según varios estudios, entre un 40 y 50% de la población consume algún tipo de medicamento y se estima que al menos un 10% de los muertos o lesionados en accidentes de tráfico, había consumido algún tipo de medicamento psicoactivo.
La aparición de efectos indeseados por el uso de determinados medicamentos puede incidir de manera negativa en la capacidad de conducir, lo que provoca un incremento de la posibilidad de sufrir un accidente. No obstante, hay que tener en cuenta que los efectos individuales a un determinado medicamento pueden variar de una persona a otra.
Como hemos dicho anteriormente, los accidentes de tráfico provocados por el consumo de alcohol, drogas o medicamentos son muy evitables. Por eso, es importante conocer la prevención de este tipo de accidentes, así como todos los aspectos relacionados con el consumo de estas sustancias. Solo así, se conseguirá lograr una mayor seguridad en las vías públicas.
Autor: Comunicación Clínicas CITA