Tres conductores de transporte escolar han dado positivo en droga —dos en cocaína y otro en cannabis— durante una operación especial de control en Castilla y León.
A diferencia de los positivos en alcohol, que se han reducido en los últimos años, los positivos por droga no solo no han disminuido, sino que han aumentado, aunque sin superar a los de alcohol.
En 2008, la proporción de conductores fallecidos que había consumido algún tipo sustancia fue de un 11% frente al 15% de 2016.
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La menor concienciación sobre los efectos del consumo de estupefacientes en la conducción respecto al alcohol es uno de los motivos que, según los especialistas, explica la prevalencia. Hace 30 años que se realizan campañas contra el alcohol, pero no se han hecho campañas específicas para drogas. Y hasta hace poco, no existían los controles para estas sustancias.
La frecuencia con que se realizan los controles de drogas en carretera sigue siendo muy inferior a las pruebas de alcoholemia, menos costosas y menos complejas. Efectivamente, la búsqueda de drogas se hace menos, aunque se selecciona mucho más el consumidor de drogas que el de alcohol. Esta búsqueda selectiva justificaría que la proporción de positivos en drogas sea mucho mayor que la de alcohol. Mientras que en las alcoholemias la tasa ronda el 1%, en las pruebas de drogas se sitúa en torno al 40%.
Sin embargo, a pesar de la mejora y el aumento de las medidas disuasorias, esta menor frecuencia en los controles es uno de los motivos por los que los conductores se sienten más libres para el consumo.
De todas las sustancias que se analizan en los controles de drogas -cannabis, cocaína, opioides, anfetamina y metanfetamina- el cannabis es la que más ha aumentado su presencia en los últimos años. Si en 2008 esta sustancia se encontró en el 29,4% de los positivos en víctimas mortales de accidentes, en 2016 los casos aumentaron hasta un 48%.
El perfil del conductor que ha consumido droga es el de un hombre de entre 25 y 54 años. Sin embargo, los jóvenes de entre 18 y 24 años son el grupo de edad que, en proporción, ostenta el mayor porcentaje de positivos por cannabis. De hecho, el 14% de los 2.000 jóvenes menores de 29 años que participaron en el último informe de la Fundación Mapfre, afirmó haber conducido, en los últimos seis meses, tras consumir cannabis, marihuana o porros. Y la denominación de esta sustancia como droga blanda no ayuda a que disminuyan estas conductas. En este sentido, para los jóvenes españoles la percepción del riesgo de tener un accidente disminuye de un 90% a un 65% en función de si se les pregunta por pastillas y éxtasis o por los porros. Una creencia no se corresponde con la realidad. El consumo de cannabis, según los especialistas, tiene un efecto sedante, produce dificultad para mantener la atención y disminuye los reflejos.
About the Author: Dr. Josep Mª Fàbregas
Especialista en adicciones y director psiquiatra del centro de adicciones y salud mental Clínicas CITA. Inicié mi carrera profesional en el Hospital Marmottande París, donde trabajé con el Profesor Claude Olievenstein. Posteriormente me trasladé a Nueva York y, tras varios años de experiencia profesional, en 1981 fundé CITA (Centro de Investigación y Tratamiento de las Adicciones) con el objetivo de desarrollar un modelo de comunidad terapéutica profesional, el cual lleva 32 años en funcionamiento.
Autor: Comunicación Clínicas CITA