En nuestra clínica de desintoxicación se sabe que el éxtasis se utilizó en un principio para reducir el apetito y, con el tiempo, se descubrió que también calmaba la ira, creaba un estado de bienestar e inducía a sentimientos positivos y amorosos. Por eso, los terapeutas empezaron a utilizarlo para que las parejas retomaran el diálogo.
A finales de la década de los 80, empezó a popularizarse en fiestas y raves, y a partir de ahí pasó a convertirse en una droga para la ‘marcha’.
Los efectos inmediatos de esta droga son una sensación de amar y ser amado, de caricias y amistad. Bajo sus efectos, todo es alucinante, surrealista, con mucho colorido y distorsionado. Esta droga de la felicidad hace que la vida sea más bella, los colores más intensos y los sonidos más dulces. Surge el deseo de cantar, bailar, acariciarse y abrazarse.
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A medida que se van disipando sus efectos, se empieza a sentir depresión, el ánimo se derrumba y pueden aparecer alucinaciones, taquicardias, náuseas o vómitos. Los músculos de brazos y piernas se vuelven rígidos, la mandíbula se tensa, rechinan los dientes y se eleva la temperatura corporal.
Con el consumo habitual desaparecen los efectos del amor y se convierte en un estimulante.
Quienes la consumen habitualmente los fines de semana, sufren una adicción semejante a las anfetaminas, aparecen trastornos del sueño y de la memoria y, en muchos casos a medio-largo plazo, estados depresivos crónicos que tratamos en la clínica de desintoxicación.
La mezcla con otras drogas, incluido el alcohol, puede llevar a efectos colaterales muy graves; en este caso, sobreviene una hipotermia asociada a una sensación de congelación de todo el cuerpo, a la que siguen violentas sacudidas. El afectado no puede hablar ni moverse y tiene la sensación de arrastrarse hacia un sueño del que no podrá despertar. En estos casos se corre un serio peligro de muerte.
Sabemos en nuestra clínica de desintoxicación que el éxtasis altera las conexiones neuronales cerebrales a corto plazo y que, más a largo plazo, estos efectos pueden hacerse irreversibles.
Los científicos de la clínica de desintoxicación sugieren que puede alterar el sistema de transmisión de la serotonina de forma permanente, ocasionado daños irreversibles en la capacidad de sentir bienestar y felicidad, lo que desencadenaría un estadio melancólico y depresivo crónico.
About the Author: Dr. Josep Mª Fàbregas
Especialista en adicciones y director psiquiatra del centro de adicciones y salud mental Clínicas CITA. Inicié mi carrera profesional en el Hospital Marmottande París, donde trabajé con el Profesor Claude Olievenstein. Posteriormente me trasladé a Nueva York y, tras varios años de experiencia profesional, en 1981 fundé CITA (Centro de Investigación y Tratamiento de las Adicciones) con el objetivo de desarrollar un modelo de comunidad terapéutica profesional, el cual lleva 32 años en funcionamiento.
Autor: Comunicación Clínicas CITA