Excusas para no dejar de fumar

Los centros de desintoxicación y deshabituación de Clínicas CITA ofrecen un tratamiento eficaz para dejar de fumar. Los siguientes motivos expuestos pueden parecer excusas para no dejar de fumar, pero es la adicción a la nicotina lo que afecta psicológicamente a hablar de estos argumentos.

Para abordar este tratamiento, es fundamental que los médicos acepten un papel que no sea ambiguo en el proceso de dejar de fumar de sus pacientes. Si no desaconsejan clara y directamente dejar de fumar, el mensaje se hace confuso. Al final, la tarea más difícil para los médicos puede ser atraer y mantener la atención de sus pacientes.

Los fumadores acostumbran a tener un oído selectivo. Oyen lo que quieren oír. Y sólo aconsejar puede resultar inútil.

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    Cualquier programa para dejar de fumar es una mezcla de tratamientos farmacológicos, de actuación sobre la conducta y de otros abordajes.

    El estado físico y psíquico del paciente condiciona en gran parte la extensión y el tipo de tratamiento que se debe aplicar. Hay, sin embargo, algunos aspectos comunes con los que se enfrentarán todos los terapeutas que quieran ayudar a un paciente a dejar de fumar.

    No puedo dejar de fumar porque engordo

    La mayor parte de las personas que dejan de fumar, ganan peso. Como resultado, se puede creer que, cuando se deja de fumar, hay que iniciar un régimen inmediatamente. Esto significa que cuerpo y mente tendrán un doble trabajo. Los pacientes han de enfocar el abandono del tabaco como el comienzo de un estilo de vida sano. En lugar del régimen, hacer ejercicio, comer mejor y si es posible el uso de un parche o chicle de nicotina durante un tiempo mitigarán el síndrome de abstinencia.

    Aunque lo deje, en mi familia se sigue fumando. Es difícil dejarlo si los demás no lo hacen

    Superar cualquier adicción requiere un sistema de apoyo familiar fuerte. La nicotina no es diferente. Dejarla es aún más difícil si la pareja fuma, sin mencionar a otros miembros de la familia. Incluso los no fumadores pueden ser co-dependientes pensando que el fumador debería fumar. Existen tácticas al respecto: zona para no fumadores en la casa o no fumar en presencia del paciente. Pero, al final, el mejor sistema es trabajar con toda la familia para reducir sus hábitos de fumar.

    Fumar me hace sentir mejor. Necesito fumar en ciertos momentos y dejarlo sería peor

    Igual que cualquier adicción sin conciencia de serlo, fumar constituye un modo de vida y forma parte del estilo de vida del adicto. Los efectos reforzadores de la nicotina, junto con las respuestas condicionadas a lugares y situaciones en las que se fuma, constituyen un freno muy poderoso a la interrupción de la adicción. Además, a menudo se fuma en situaciones sociales.

    Los terapeutas deben evitar algunas de estas actitudes comprendiendo que las intervenciones farmacológicas no dominan los aspectos psicológicos de la ansiedad ni el consumo compulsivo. Por lo tanto, es importante proporcionar una perspectiva a largo plazo mientras se tratan los efectos a corto plazo. Los médicos deben animar a sus pacientes a tener paciencia, diciéndoles que aquellos que han dejado de fumar afirman ser más felices y estar más tranquilos como no fumadores.

    Quiero dejarlo, pero cada vez que lo intento me parece que no puedo conseguirlo

    La negación o la ambivalencia son normales. Las personas que creen que deberían dejar de fumar, tendrían que recibir consejo que les ayudara a alcanzar un nivel de motivación más alto para cambiar sus hábitos de fumador. Lo que da mejor resultado son estrategias y consejos específicos para cada caso.

    Autor: Comunicación Clínicas CITA

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