CITA ha dejado dentro de mí una serie de sensaciones muy agradables y, sobre todo, me ha enseñado muchas cosas positivas. Tengo la impresión de que CITA me ha dejado huella.
El personal que trabaja en CITA es capaz de obtener lo mejor de uno mismo. Me siento orgulloso de haber tenido la oportunidad de presentarles mi enfermedad y que ellos hayan podido intervenir para ayudarme.
Me han ayudado a dejar miedos, inquietudes, problemas, desvelos, intolerancias y, a su vez, me han dado momentos excitantes, amigos, cambios, muchos cambios y proyectos nuevos. Son tantas las cosas que me han dado para mi bien y tantas las cosas que me han quitado en mi beneficio, que no puedo más que agradecer todo lo que me han enseñado.
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Ahora paso a una vida sosegada, con tranquilidad interior, con armonía, con el deseo de poder ver mi interior y ser yo mismo.
Por eso, mi intención en esta despedida es que sepáis que yo he obtenido mi premio y que vosotros me habéis ayudado a entender que las cosas son más fáciles de conseguir cuando ves el fondo de un problema. La vida es diferente de cómo yo la dibujaba y aquí he aprendido a quererme.
Gracias CITA.
Autor: Comunicación Clínicas CITA