La fuerza de voluntad es los bíceps del ego

Es muy habitual la utilización en los centros de desintoxicación de Clínicas CITA la utilización de textos literarios como herramienta de trabajo terapéutico en las sesiones de grupo. En esta ocasión, el autor del cuento es un colaborador de Clínicas CITA: Juanjo Zendera.

La fuerza de voluntad es los bíceps del ego

Un cuento terapéutico para los pacientes de Clínicas CITA

Pepita era una semilla de remolacha como otras tantas semillas de remolacha. Pero, aunque muy parecidas, cada una contenía una irrepetible peculiaridad. Y es que, siendo eso, remolacha, algunas eran más oscuras, otras más grandes, otras más dulces, etc. Y Pepita era muy clara. Tan, tan clara, que de hecho era casi blanca.

Por aquella época, el gurú de la moda, el señor Marco Tenden y su empresa “Marco Tenden CIA” dijeron que este siglo se lleva el limón amarillo. Y como Pepita era más amarilla que roja, Pepita quiso ser limón. Como era una semilla voluntariosa, se esforzó la hostia en ser limón. Cada mañana se acortaba, se redondeaba y bebía mucho zumo de limón para oler igual que un limón. Todas las verduras, frutas y hortalizas sentían admiración por la valiente y voluntariosa Pepita. Decían: “Mira a Pepita, cada día es más limón y menos “demodé” remolacha. Y la comenzaron a imitar.

CONTACTAR CON CLÍNICAS CITA AHORA



    Modalidad








    Aceptar laPolítica de privacidad (requisito obligatorio)]

    Igual que nosotros al nacer estamos condenados a morir, los limones al nacer están destinados a que alguien se los beba. Y llegó el día de Pepita, la valiente remolacha-limonera. Cuando el señor Severo Vega Nodelto se disponía a aderezar su ensalada, pensó: “Mmmm…limón” Y de entre todos los limones vio uno muy, pero que muy bonito. Era redondeado, amarillo y muy aromático. Lo tomó, lo cortó, y cuando lo apretó para obtener el zumo, salió un líquido rojo y apestoso. Era como una remolacha agriada, o un limón podrido, o algo muy asqueroso. Inmediatamente, lo tiró y escogió otro limón menos espectacular pero limón al fin y al cabo

    Y ahí tienen ustedes a la valiente Pepita en el cubo de la basura. Tanto se esforzó, que ya ni era remolacha ni era limón, sólo era una víctima de la moda, de la tradición. Y es que querer ser diferente de lo que ya eres, llamar a eso fuerza de voluntad y encima parecernos admirable es lo que tiene al mundo repleto de guerras y violencia, porque la fuerza de voluntad acaba por convertirse en los bíceps del ego para parecerse lo más posible a un modelo que no escribimos ni dibujamos nosotros. Sigue siendo quien eres y descubre a dónde te lleva eso. Lo que ya eres es tal como fuiste creado y el universo/dios/energía/azar/cosmos, etc, no suele equivocarse.

    Autor: Comunicación Clínicas CITA

    Scroll al inicio