De pequeños nos educan socialmente para que percibamos la soledad como algo negativo. La soledad no es más que un estado, donde lo físico y lo emocional está interrelacionado; es decir, que del estado físico surge el estado emocional y que del estado emocional puede surgir lo físico, aunque este último caso requiere de más factores para que lo emocional se plasme en lo físico. Por ejemplo:
a) Una persona que está sola, emocionalmente puede sentirse así o ser más propensa a sentirse de este modo.
b) Una persona que emocionalmente se siente sola, puede con su actitud determinar el contexto: encerrarse más en su mundo emocional y no permitirse disfrutar de lo social.
En nuestra sociedad, la palabra “soledad” sólo tiene una connotación negativa. Es la palabra innombrable, la que hace temblar a los padres cuando la “sufre” su hijo. Pero nos enfocamos en el hecho de la soledad y no en lo que podemos hacer con ese estado. Sabemos lo que significa la palabra “empatía” pero hoy en día no se practica. No somos capaces de ponernos en nuestro lugar, ni entendernos, ni mucho menos observarnos para luego actuar.
La soledad es la pionera de las grandes ideas, es el antídoto del loco antes de convertirse en genio, es el lugar donde la maldad se reflexiona, el ápice crítico entre una multitud cegada por el sistema. La soledad sin fin, desde el punto de vista introspectivo y no tan plural, significa el comienzo hacia el auto-conocimiento personal, que es lo que al fin y al cabo nos interesa.
Y aquí quería llegar: al punto en el que una doncella besó a una rana para que ésta se convirtiese en príncipe para siempre. ¿Qué quiero decir con esto? Que depende de cómo nos tomemos la soledad podemos, gracias a ella, llegar a crear y mantener por siempre lo que hemos creado.
Así pues, distinguiré dos maneras de tomarnos este estado:
SENTIR LA SOLEDAD/ CONECTAR CON LA SOLEDAD
– Cuando siento la soledad, estoy triste
– Cuando conecto con la soledad, creo en ella
– Cuando siento la soledad, siento ausencias
– Cuando conecto con la soledad, me basta mi propia esencia
– Cuando siento la soledad, estoy perdido
– Cuando conecto con la soledad, empiezo a encontrar mi ser
– Cuando siento la soledad, voy a consumir
– Cuando conecto con la soledad, soy capaz de sostener la abstinencia
Autor: Comunicación Clínicas CITA