Los adolescentes que fuman marihuana dañan su inteligencia y su memoria de por vida

¿Es el cannabis tan inofensivo como algunos creen? Mientras sus defensores resaltan posibles usos terapéuticos, estudios recientes advierten sobre impactos graves en el cerebro adolescente. Descubre qué dice la ciencia y por qué el consumo temprano podría dejar huellas permanentes.

El Debate del Cannabis: Entre lo Terapéutico y lo Perjudicial

El cannabis ha ganado popularidad no solo como droga recreativa, sino también por sus supuestos beneficios médicos. Según sus defensores, podría ayudar a aliviar migrañas, retardar el crecimiento de tumores, prevenir el alzhéimer e incluso tratar el glaucoma. Sin embargo, más allá de estas afirmaciones, la comunidad científica insiste en analizar sus efectos con rigurosidad.

Aunque algunos estudios exploran sus propiedades terapéuticas, otros —como el realizado por la Universidad de Duke— revelan consecuencias alarmantes, especialmente cuando el consumo comienza en la adolescencia. Este contraste abre un debate crucial: ¿los posibles beneficios justifican los riesgos?

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    El Estudio que Alerta sobre el Cerebro Adolescente

    En 2023, investigadores de la Universidad de Duke publicaron hallazgos impactantes tras seguir a 1.037 personas de Dunedin (Nueva Zelanda) desde su infancia hasta los 38 años. El objetivo era claro: entender cómo el consumo temprano de cannabis afecta capacidades cognitivas a largo plazo.

    Los resultados fueron contundentes: quienes comenzaron a fumar marihuana antes de los 18 años mostraron una pérdida de hasta 8 puntos de coeficiente intelectual (CI) al comparar tests realizados a los 13 y 38 años. Los consumidores más frecuentes fueron los más afectados, y abandonar el hábito no revirtió por completo el daño.

    “Una pérdida de 8 puntos de CI coloca a una persona en desventaja frente a sus pares en aspectos académicos, laborales e incluso sociales”, explica la coordinadora del estudio.

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    ¿Por Qué el Cerebro Adolescente es Tan Vulnerable?

    La adolescencia es una etapa crítica para el desarrollo cerebral. Durante la pubertad, el cerebro experimenta:

    • Maduración neuronal: Las conexiones entre células se fortalecen.

    • Reorganización de sistemas de neurotransmisores: Se ajustan procesos relacionados con el aprendizaje y las emociones.

    • Poda sináptica: Se eliminan conexiones innecesarias para optimizar funciones.

    El cannabis, rico en THC, altera este equilibrio. Al interactuar con receptores del sistema endocannabinoide —clave en la regulación del desarrollo cerebral—, podría interferir en procesos como la memoria, la atención y la toma de decisiones.

    “El cerebro adolescente es como una obra en construcción: introducir sustancias psicoactivas es como añadir obstáculos que dificultan su correcto desarrollo”, señala un neurocientífico participante en el estudio.

    Pérdida de CI y Otras Consecuencias Silenciosas

    ¿Qué implica perder 8 puntos de CI? Para contextualizar:

    • Un CI promedio es de 100.

    • Una caída a 92 ubicaría a una persona por debajo del 30% de la población en habilidades cognitivas.

    • Esto afectaría su capacidad para resolver problemas complejos, aprender nuevos idiomas o incluso gestionar tareas cotidianas.

    Además del CI, el estudio detectó deterioro en:

    1. Memoria a largo plazo: Dificultad para recordar información aprendida años atrás.

    2. Velocidad de procesamiento: Mayor lentitud para analizar datos o tomar decisiones.

    3. Atención sostenida: Problemas para concentrarse en actividades prolongadas.

    ¿Es Reversible el Daño Causado por el Cannabis?

    Una pregunta clave es si abandonar el consumo restaura las capacidades perdidas. Los resultados sugieren que no completamente. Aunque algunos participantes reportaron mejorías tras dejar la droga, sus puntuaciones de CI no regresaron a los niveles iniciales.

    Los investigadores enfatizan que se necesitan más estudios para entender:

    • Si períodos de abstinencia más largos permiten una recuperación total.

    • Cómo factores como la genética o el ambiente influyen en la reversibilidad.

    • Si el daño varía según la frecuencia y la cantidad consumida.

     Un Llamado a la Precaución

    El estudio de Duke no solo cuestiona la inocuidad del cannabis, sino que subraya un mensaje urgente: la adolescencia es la etapa más riesgosa para su consumo. Mientras países debaten su legalización, es vital informar a jóvenes y padres sobre estos hallazgos.

    Recomendaciones clave:

    • Retrasar el inicio de consumo: Evitar la exposición antes de los 18 años.

    • Educar con datos científicos: Desmitificar creencias sobre su seguridad.

    • Fomentar políticas preventivas: Incluir advertencias en campañas públicas.

    Hacia un Diálogo Basado en Evidencia

    El cannabis no es blanco o negro: puede ofrecer alivio en ciertos contextos médicos, pero su uso recreativo en edades tempranas conlleva riesgos subestimados. La ciencia urge a priorizar la protección del cerebro en desarrollo y a profundizar en investigaciones que equilibren beneficios y peligros.

    ¿La próxima vez que alguien hable de sus virtudes? Recuerda: cada sustancia tiene dos caras, y en el caso del cannabis, la adolescencia podría pagar el precio más alto.

    En Clínicas CITA somo expertos en tratamiento de adicción al Cannabis

     

    Autor: Comunicación Clínicas CITA

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