El siguiente texto nos lo envía un paciente que ha estado en CITA realizando un tratamiento de adicciones. Desde CITA queremos darle las gracias por su relato. Creemos que estos testimonios pueden dar una luz de guía a quienes, quizás, están a punto de emprender un tratamiento similar, para quienes se encuentran en el proceso o incluso para los que ya han superado su adicción pero se encuentran con que la superación no es un impulso, sino un hábito que hay que labrar cada día.
Los cinco símbolos del camino:
Flecha amarilla: indica al peregrino que va por buen camino y solventan sus dudas de por dónde seguir cuando confluyen varias posibilidades. Evitan que te sientas perdido y frustrado al no encontrar dirección ni referencias que te den seguridad. En el camino que voy a seguir a partir de ahora me voy a encontrar con situaciones similares y las flechas amarillas pueden ser las personas que me han guiado hasta este punto, terapeutas y familiares, además de mi capacidad para distinguir el camino a seguir.
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Mochila cargada con cosas indispensables e innecesarias y portada con esfuerzo. La mochila que porto dentro se ha ido vaciando a lo largo de este año, aunque todavía quedan algunos lastres por abandonar en el camino.
Tirita importante tenerlas a mano cuando el cuerpo se resiente, tanto que puede ser necesario bajar el ritmo o incluso parar. A través del dolor físico nos damos cuenta de lo que cuesta el camino, aunque muchos caminan con otros dolores más hondos. Por suerte ahora mismo no siento que tenga ninguna herida que me impida continuar, ya llegarán y mientras aprendo a caminar con ellas me alivia saber que tengo quienes me ayuden a sobrellevarlas.
Bastón esa ayuda extra para continuar andando, que puede ser desde un bastón hasta alguien que te animé en el momento oportuno. En cierta medida fui bastón para mi padre en algún momento en que estaba machacado y cansado animándole en los últimos kilómetros del día. Yo cuento con bastones para la vida como Chelo y Checho, con quienes podré encontrar un punto de apoyo si me tambaleo.
Vieira símbolo que representa que durante el peregrinaje se ha producido un cambio y se vuelve a casa siendo alguien distinto.
El camino ha sido para mí el cierre de un año de reconciliación conmigo mismo, con la vida, con la familia… Sobre todo con mi padre junto al que he caminado estos días, con momentos de conversación y de silencio, de risa y queja, pero en todo momento con armonía. Este es el final de un camino y el comienzo de otro en el que poner en práctica lo que he ido aprendiendo este año y así seguir creciendo.
Autor: Comunicación Clínicas CITA