Me llamo Ana

Me llamo Ana. Os contaré un poco mi caso por si le sirve de experiencia a alguien.Trabajaba en una consultora y me exigía mucho, objetivo tras objetivo. Hasta que llegó un momento en el que no podía mantener la presión y comencé a consumir anfetaminas. Poco a poco, mi consumo se incrementó de tal forma que ya no podía sostener mi vida habitual. Lo comenté con mi psiquiatra y busqué un cetro donde pudieran ayudarme.

En CITA supieron comprenderme desde el primer momento. Al principio, me costó adaptarme y los primeros días lo pasé muy mal. Dejar de consumir me afectó tanto a nivel físico como emocional. Estuve dos días encerrada en la habitación.

Actualmente llevo en CITA Clínica 1 mes y 10 días y me encuentro infinitamente mejor. La vida sin drogas es mucho mejor de lo que pensamos cuando consumimos. Tenemos que aprender a vivir también los momentos de tristeza, de aburrimiento…, todo aquello que las drogas tapan artificialmente. Aquí estoy como en una pequeña “familia”. Después de las terapias y de haber pasado el proceso habitual de desintoxicación, me he dado cuenta de que las anfetaminas no entran en mi proyecto de vida en absoluto, que no forman parte de mis valores. Todo el mundo pasa por momentos complicados en los que pueden pensar que las drogas van a ayudarles a superarlos pero es todo lo contrario.

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    Actualmente continúo ingresada y mi vida ha dado un giro radical y espero que sin retorno. Por eso me atrevo a animar a todos aquellos que lo necesiten a comenzar este proceso.

    Un abrazo, Ana.

    Autor: Comunicación Clínicas CITA

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