Prevenir el consumo de alcohol en los jóvenes

Prevenir el consumo de alcohol en los jóvenes
La Generalitat de Cataluña está llevando a cabo una campaña en los institutos de secundaria para prevenir el consumo de alcohol entre los más jóvenes.
En esta campaña, bajo el nombre Hablemos del alcohol, se aportan informaciones básicas sobre esta sustancia y sus efectos en el organismo y se argumentan motivos que ayuden a posicionarse frente a la atracción de lo prohibido y a la presión del grupo.
Las charlas inciden en el circuito del alcohol en el cuerpo, los motivos por los que los adolescentes no han de beber alcohol, los mitos y las realidades sobre esta sustancia adictiva y las consecuencias que tiene el abuso de alcohol a largo plazo.
El circuito del alcohol en el cuerpo
Cuando se consume una bebida alcohólica, ésta pasa por el esófago, atraviesa el estómago y entra en el intestino delgado. La mayor parte del alcohol pasa a la circulación sanguínea a través de las paredes del intestino delgado. La absorción es rápida, entrando en el torrente sanguíneo en cinco minutos y consiguiendo las máximas concentraciones en sangre en un tiempo de 30 a 90 minutos. La cantidad de alimento presente en el estómago es un factor que influye en la velocidad de absorción del alcohol.
Una vez absorbido, el alcohol viaja a través de la sangre por todo el organismo, distribuyéndose con más facilidad por aquellos órganos y tejidos con más proporción de agua. Al tener el cuerpo de las mujeres una menor proporción de agua y una mayor proporción de grasa que los hombres, el alcohol en su cuerpo se queda más concentrado.
La metabolización es un proceso de transformación de las sustancias ingeridas en otros componentes asimilables por el organismo. Alrededor del 90% del alcohol absorbido se metaboliza en el hígado a través de la oxidación. La velocidad de metabolización del alcohol en el hígado es de unos 8-10 g de alcohol por hora en los hombres y un poco menos en las mujeres.
El 10% del alcohol restante es eliminado directamente, sin ser transformado, a través del aire expirado y la orina. Pequeñas cantidades son también eliminadas por la transpiración, las lágrimas y la leche materna.
Mitos y realidades sobre el alcohol
–      Mito: El alcohol te da energía.
–      Realidad: El alcohol es un depresor del sistema nervioso. Reduce la capacidad de pensar, hablar, moverse, etc.
–      Mito: Una ducha o un café te despejan.
–      Realidad: Nada elimina la borrachera de golpe. Se puede estar más despierto pero se sigue estando ebrio, pues ni la ducha ni el café disminuyen el nivel de alcohol en sangre.
–      Mito: Quien está más acostumbrado a beber alcohol se emborracha menos.
–      Realidad: Quien ha desarrollado tolerancia al alcohol no se emborracha menos, ya que el alcohol llega a la sangre en igual proporción pero muestra menos los efectos.
–      Mitos: El alcohol ayuda a ligar mejor y mejora las relaciones sexuales.
–      Realidad: El alcohol puede producir relajación y hacer que alguien se interese más en el sexo, pero interfiere en la capacidad sexual y se tienen menos en cuenta las consecuencias.
–      Mito: Manteniendo en la boca un chicle, dos granos de café o soplando de una manera determinada, se engaña al alcoholímetro.
–      Realidad: Estos métodos no funcionan porque el alcoholímetro mide igualmente el alcohol aunque haya otras sustancias.
–      Mito: Se puede eliminar el alcohol haciendo ejercicio o vomitando.
–      Realidad: Por estas vías se expulsa menos de un 2% de alcohol, lo que es insuficiente para afectar al nivel de alcoholemia o a la borrachera.
–      Mito: Mezclar distintas bebidas alcohólicas emborracha más.
–      Realidad: La cantidad de alcohol que circula por la sangre es el que determina el grado de borrachera. Mezclar distintas bebidas no emborracha más pero puede provocar más malestar.
Motivos por los que los adolescentes no han de beber alcohol
–      En los menores, cualquier consumo de alcohol es un consumo abusivo.
–      Cuanto antes se empiece a consumir alcohol más probable es que aparezcan algunos problemas y es más probable desarrollar alcoholismo.
–      El cuerpo de un menor de edad no está físicamente tan preparado para asimilar el alcohol como el de un adulto.
–      La ley no permite que consuman ni se les vendan bebidas alcohólicas a menores de 18 años.
–      El consumo de alcohol interfiere en la capacidad de conducir, en el crecimiento, en la nutrición y el desarrollo de la personalidad: reduce la capacidad de aprendizaje, las habilidades sociales e intelectuales, la sexualidad, etc. También afecta a la autonomía de criterio y a la independencia.
Consecuencias del abuso de alcohol a largo plazo
–      El síndrome de abstinencia es el conjunto de síntomas (vómitos, taquicardias, temblores, alucinaciones, etc) que aparecen cuando una persona que está acostumbrada a ingerir grandes cantidades de alcohol deja de hacerlo de forma brusca.
–      La tolerancia es la adaptación del organismo a una sustancia, en este caso el alcohol, de manera que cada vez necesita consumir más cantidad para sentir los mismos efectos que antes tenía con una cantidad menor.
–      Puede provocar problemas hepáticos, deterioro del sistema nervioso central, insuficiencia cardíaca, úlceras en el esófago, inflamación de páncreas y desnutrición. También puede ocasionar trastornos de ansiedad, de personalidad, etc. Genera asimismo problemas familiares, laborales y sociales.

Autor: Comunicación Clínicas CITA

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