¿Qué es el Kambó?
¿Una medicina ancestral que ayuda a purificar y a sanar el cuerpo y equilibra las energías físicas, mentales, emocional y espirituales, o un tóxico peligroso que se usa con total inconsciencia?
De momento, su uso alegal, bajo el argumento de presuntos beneficios terapéuticos, se está extendiendo en todo el mundo con la velocidad de una moda.
Tratamientos con Kambó
Sus apasionados defensores creen que esta terapia, que utiliza una sustancia segregada por una rana del Amazonas, permite, de manera rápida y eficaz, conseguir buenos resultados en el tratamiento de personas con inmunidad baja, dolores e inflamaciones, cansancio, tendinitis, dolor de cabeza, asma, rinitis, alergias, úlceras, diabetes, estreñimiento, problemas de presión arterial y circulatorios, colesterol alto, cirrosis, estrés, irregularidad menstrual, reducción de libido, depresión, crisis de pánico, dependencias a sustancias, y un sinfín de desórdenes orgánicos y emocionales.
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Sin embargo, como en el caso de otros productos ‘mágicos’, sus detractores advierten de que ninguno de los beneficios que se le atribuye está probado científicamente y que en algunos casos su uso podría ser claramente peligroso.
Cómo conseguir el Kambó
La clave de la controversia hay que buscarla en la sustancia tóxica que secreta un anfibio conocido como rana kambó y que vive principalmente en la selva amazónica, para defenderse de los depredadores.
Algunos grupos indígenas cazan la rana, la sostienen por sus extremidades, y le retiran la secreción rascándole la espalda con una espátula con el propósito de utilizarla confines curativos. Siguiendo este modelo, algunos chamanes occidentales han importado en entornos urbanos occidentales la aplicación de esta práctica indígena.
El uso del Kambó en pacientes
El paciente debe acudir a la sesión en ayunas y tomar varios litros de agua, mientras el chamán le realiza una serie de quemaduras superficiales, en la pantorrilla para las mujeres y en los brazos o en el pecho para los hombres. Sobre esas heridas abiertas, se aplica después la sustancia obtenida de la rana en forma de pasta.
Unos minutos después, uno siente como un fuego que recorre el cuerpo, notas el corazón en la garganta, te congelas, transpiras… La dosis y la periodicidad de la aplicación depende de la edad y la constitución de la persona, así como del número de veces que haya utilizado antes la sustancia. El efecto dura unos 15 minutos y finaliza con un vomito que, para algunos, implica un proceso reactivo a una intoxicación violenta y, para otros, justo lo contrario, un proceso de desintoxicación y sanación.
Información adicional sobre el Kambó
Para los científicos, se trata de un veneno con una potente actividad agonista opioide, lo que explicaría la sensación de bienestar experimentada, y, aunque algunos estudios hacen referencia a un futuro uso médico, creen que su aplicación por personas no capacitadas sigue comportando muchos más peligros que ventajas.
Brasil incluso ha llegado a prohibir la venta y la publicidad de este tóxico, por tratarse de una sustancia que nunca se ha sometido a análisis químicos, algo esencial para probar su eficacia y seguridad.
El kambó además podría ser especialmente peligroso para los usuarios con cualquier enfermedad relacionada con el sistema cardíacos y el sistema circulatorio.
Autor: Comunicación Clínicas CITA