El alcohol forma parte de nuestra cultura. En España hay una ley que prohíbe anunciar bebidas alcohólicas de más de veinte grados en televisión. Es importante pararse a pensar en la importancia de la publicidad y en que de una disminución de ésta se sigue un descenso en el consumo de alcohol, en especial en los adolescentes. Es evidente que se podrían redactar leyes sobre la publicidad que afectaran a todos los medios de comunicación y no sólo a las televisiones.
Esto tendría unas consecuencias que hay que sopesar, ya que en algunos países se han llevado a cabo experiencias como la de suprimir la publicidad de bebidas alcohólicas y no han conseguido el efecto deseado, ya que las principales marcas disminuyeron los precios, con lo que se compensó el esperado descenso.
Se ha mostrado muy útil la publicidad destinada a generar una sensación del riesgo de beber ante situaciones muy concretas como son el conducir o el embarazo ya que, en los países donde se han realizado, la siniestralidad del tráfico por el alcohol ha disminuido de forma notable.
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Una actuación publicitaria de buen resultado es recomendar beber poco alcohol, ya que no implica la prohibición de beber ni implica las cantidades que hay que beber, ni que exista un consumo moderado que es bueno, ni que exista una cantidad a partir de la cual es malo beber, sino que de forma general se pone el énfasis en que, en cualquier circunstancia, cuanto menos se beba mejor.
Es evidente que programas de educación para la salud, correctamente realizados, no sólo en las escuelas sino también en los medios de comunicación, servirían para dar a conocer otros estilos de vida más sanos, facilitando una percepción más exacta del problema con el alcohol y sus repercusiones. Proporcionar las habilidades sociales necesarias para aprender a rechazar las bebidas alcohólicas en una cultura como la nuestra en la que las presiones sociales para el consumo son tan importantes, es un sistema que ha dado buenos resultados.
Hay que evitar actitudes que fomenten el consumo. ¿Qué decir hoy de la cultura del vino? Parece que el que no entiende de vinos es un inculto. Son las industrias alcoholeras las que potencian y promocionan esta actitud.
Hay que enseñar a los jóvenes a manejar su tiempo libre, ya que es evidente que tienen la idea de que el alcohol y la diversión son una misma cosa. En cuanto a las actividades de ocio y tiempo libre, nos encontramos con que muchas de ellas, que podrían ser utilizadas como alternativas al beber, se encuentran ya impregnadas de la bebida. Para muchos jóvenes, divertirse es beber. Se sale e grupo y se bebe en grupo y siempre que se sale se bebe. Beber está en íntima relación con salir, con el ocio, con el tiempo libre.
Las familias en las que los padres beben y quizás también los hermanos mayores, son una situación de riesgo.
La lucha específica contra los problemas derivados de los accidentes de tráfico, mediante la disminución de los niveles de alcoholemia permitidos para conducir y el aumento de los controles preventivos de circulación vial, han conseguido una reducción de daños atribuibles al alcohol en los accidentes de tráfico.
Las otras estrategias preventivas derivadas de actuar sobre las consecuencias, pertenecen al ámbito dela salud pública y se ponen en marcha en muchos centros sanitarios. Una de las más importantes es la detección precoz de los problemas por el consumo de alcohol. En este sentido, es importante el incremento de la sensibilización de los profesionales sanitarios hacia esta problemática.
Autor: Comunicación Clínicas CITA