Bajo el título de ‘Nocturno’, el escritor AntoniPuigverd ha publicado en e lperiódico La Vanguardia una columna de opinión donde critica la relación, cada vez más preocupante, entre los jóvenes y el consumo abusivo de alcohol. Por su interés, reproducimos aquí parte del artículo:
‘La moda del botellón quizás se inició en Lloret. Hace más de 25 años que vi a rebaños de jóvenes turistas comprando en tiendas cercanas a la playa grandes envases de Fanta y Coca Cola y también de vodka y ginebra baratas, que se acarreaban a la arena para pasar toda la noche por cuatro perras y unos cuantos vómitos. Nacido donde fuere, pero claramente vinculado al turismo, el fenómeno de la ingesta bulímica de alcohol se ha generalizado en todas partes.
Parece imparable, el fenómeno de los jóvenes que se agrupan al son de ruidosa música, no para ligar, hablar o divertirse, sino para ingerir enormes cantidades de alcohol barato, sin olvidar las sustancias químicas. Es una fatalidad que a todo el mundo le parece ya naturalísima. Empezando por los padres de estos jóvenes, indiferentes a que sus hijos aprendan a ir solos por el mundo y a colonizar la noche guiados preferentemente por la ginebra y el wodka.
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Por otra parte, muchos ayuntamientos promocionan indirectamente estos encuentros, como se ve cada año con las famosas fiestas de Gracia o Sants. O, finalizado el verano, con las Fires de Girona, que funcionan, desde hace décadas, como un ritual de paso de la infancia a la edad adulta: grandes borracheras iniciáticas de preadolescentes en masa que pierden la inocencia en el espejo de sus vómitos.
Que en este contexto obsesivamente alcohólico se produzcan peleas forma parte de la lógica de esta patria nocturna en la que los jóvenes revientan los fines de semana y dañan el reposo de sus propias vacaciones. El alcohol ingerido compulsivamente bestializa, además de destrozar estómagos, hígado y cerebro. Que la bestialización desemboque en la muerte de un chico italiano a coces y puñetazos también tiene lógica. No puede extrañar, finalmente, que los que contemplan la pelea, incitados por el wodka, obnubilados por la ginebra, excitados por el tumulto del grupo, como una manada de lobos ante los despojos de una presa, aplaudan los golpes, fotografíen la matanza y la celebran, como los bárbaros antiguos los sacrificios.
Oscar Wilde, que no tuvo una vida fácil, hablaba así de los padres: primero los amamos, más tarde los juzgamos y, finalmente, quizás los perdonamos. No sé si estas generaciones, cuando llegue el momento, perdonarán a sus padres por haberlos abandonado tan alegremente en manos del alcohol’.
About the Author: Dr. Josep Mª Fàbregas
Especialista en adicciones y director psiquiatra del centro de adicciones y salud mental Clínicas CITA. Inicié mi carrera profesional en el Hospital Marmottande París, donde trabajé con el Profesor Claude Olievenstein. Posteriormente me trasladé a Nueva York y, tras varios años de experiencia profesional, en 1981 fundé CITA (Centro de Investigación y Tratamiento de las Adicciones) con el objetivo de desarrollar un modelo de comunidad terapéutica profesional, el cual lleva 32 años en funcionamiento.
Autor: Comunicación Clínicas CITA