En los años que llevamos en la clínica CITA, ya nos hemos encontrado con muchos casos en los que el hecho de que alguien sea adicto a alguna sustancia puede que se deba a la incapacidad de cumplir uno o varios deseos profundos. Aunque no se sea consciente de ello, es posible que uno piense que una fuerza que escapa a su control le impide dejar la adicción.
Tal vez incluso admita la derrota y crea que es demasiado difícil dejar viejos hábitos como fumar, beber alcohol o tomar alimentos adictivos.
Muchos fumadores, por ejemplo, alegan que no pueden dejar de fumar si ven a otras personas fumando. Otros no quieren afrontar los síntomas de la abstinencia que suelen acompañar un abandono repentino del tabaco. Y otras muchas personas consiguen dejar de fumar pero, en cuanto empiezan a ganar peso, retoman el hábito.
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¿Por qué otorgamos a un cigarrillo el poder de manejar la libertad que tenemos de tomar decisiones conscientes en nuestra vida? Fumar, al igual que otros hábitos adictivos, es simplemente un síntoma de un vacío o una carencia subyacente. ¿Qué es lo que realmente falta en nuestras vidas para que sigamos deseando algo que lo sustituya? Es imposible contestar de inmediato a esta pregunta, pero hay una amplia gama de respuestas posibles, muchas de las cuales sólo puede conocerlas el propio adicto.
En lugar de criticarse o de juzgarse por otorgar al hábito un poder que tiene el potencial de enfermar o matar, es posible aprender mucho de él y volver a sentirse otra vez pleno. Debido quizás a que no se alcanza a comprender el mensaje subyacente que transmite el hábito de fumar, el individuo suele resignarse a la idea de que abandonar el tabaquismo es una tarea frustrante y difícil. Sin embargo, fumar le puede llevar a darse cuenta de que ya no tiene control sobre su vida e incluso sugerirle una forma de recuperar ese control.
La excusa de que “no puedo dejar de fumar porque…”, es un reconocimiento inconsciente de que se es una víctima y de que se sufre una escasa auto-estima. El hecho de fumar le permite aceptar de alguna forma que el deseo del cigarrillo es mayor que el deseo de estar sano o, en otras palabras, de apreciarse a uno mismo. Es muy difícil dejar de fumar o abandonar otras adicciones si se mantiene esta creencia
El tabaquismo no es el problema que hay que combatir. Y considerar que fumar no es más que una adicción que puede tener consecuencias horribles, es una idea deprimente y no aumenta la auto-estima.
Además, por mucho que se haya superado este hábito, se puede desarrollar otra adicción. En lugar de declarar la guerra a la ansiedad o a la falta de confianza en uno mismo, lo que hay que hacer es potenciar la libertad y la toma de decisiones en nuestra vida.
A partir de la adicción, se puede adoptar una forma de pensar totalmente nueva. Si se es fumador y se desea abandonar el hábito, primero hay que comprender que esta adicción no es un error accidental y que ese hábito no se creó para sufrir por su causa sino para aprender de él.
Dejar de fumar no consiste en abandonar un hábito adictivo para sustituirlo por otro, sino en recuperar la plenitud y la libertad.
En el Centro de desintoxicación CITA sabemos que la verdadera fuerza de voluntad consiste en aprender a tomar decisiones conscientes.
About the Author: Dr. Josep Mª Fàbregas
Especialista en adicciones y director psiquiatra del centro de adicciones y salud mental Clínicas CITA. Inicié mi carrera profesional en el Hospital Marmottande París, donde trabajé con el Profesor Claude Olievenstein. Posteriormente me trasladé a Nueva York y, tras varios años de experiencia profesional, en 1981 fundé CITA (Centro de Investigación y Tratamiento de las Adicciones) con el objetivo de desarrollar un modelo de comunidad terapéutica profesional, el cual lleva 32 años en funcionamiento.
Autor: Comunicación Clínicas CITA