Taller de Prevención de Recaídas: La personalidad adictiva – 2ª parte.

Descubre los Rasgos de la Personalidad Adictiva y Cómo Superarlos

La adicción es un tema complejo que va más allá del consumo de sustancias. En este artículo, exploraremos en profundidad los rasgos que definen la personalidad adictiva, cómo afectan la vida de quienes la padecen y qué pasos se pueden tomar para iniciar un camino de recuperación y superación personal.

¿Qué es la Personalidad Adictiva?

La personalidad adictiva no es un estereotipo fijo, sino un conjunto de rasgos que comparten muchas personas que luchan contra las adicciones. Estos rasgos surgen como mecanismos para evitar el sufrimiento y, aunque cada caso es único, existen factores comunes que permiten identificarlos.

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    Rasgos Clave de la Personalidad Adictiva

    1. Obsesión por uno mismo

    Uno de los rasgos más destacados es la obsesión por uno mismo. A menudo, se interpreta como egoísmo, pero en realidad es una respuesta al vacío interior que siente la persona. El consumo se convierte en una forma de llenar ese vacío, aunque sea de manera temporal.

    2. Carencia del sentimiento de sí mismo

    Las personas con personalidad adictiva suelen experimentar un profundo vacío interior. Para evitarlo, recurren al consumo, que les proporciona una falsa sensación de plenitud. Este vacío puede llevar a la persona a identificarse únicamente como «adicto», bloqueando cualquier reflexión sobre su identidad real.

    3. Falta de sentido y objetivos

    La ausencia de metas claras en la vida es otro rasgo común. El consumo prolongado anestesia emocionalmente, dificultando la capacidad de encontrar significado en las actividades cotidianas. Esto crea un círculo vicioso: el malestar lleva al consumo, y el consumo refuerza el malestar.

    4. Excesiva búsqueda de aprobación

    Detrás de la aparente indiferencia hacia los demás, muchas personas adictas buscan desesperadamente la aprobación de otros. La dependencia emocional de la opinión ajena puede ser abrumadora, generando ansiedad y estrés.

    5. Autocensura y autocrítica severa

    La sensibilidad al rechazo lleva a una autocrítica excesiva. Las personas con personalidad adictiva suelen ser su peor juez, castigándose constantemente por sus errores y dificultades.

    6. Sentimiento de culpa

    El sentimiento de culpa es frecuente, no solo por las consecuencias del consumo, sino también por emociones reprimidas, como la agresividad. Esta culpa puede convertirse en un lastre emocional que dificulta la recuperación.

    7. Dificultades para controlar la ira

    La ira mal gestionada es otro rasgo común. Algunas personas reprimen completamente este sentimiento, mientras que otras lo exteriorizan de manera explosiva. En ambos casos, la ira termina dañando a la persona y a quienes la rodean.

    8. Depresión subyacente

    Los estados depresivos, ya sean conscientes o no, son frecuentes en la personalidad adictiva. La culpa, la vergüenza y el rencor alimentan estos estados, que temporalmente se alivian con el consumo.

    9. Conflictos con figuras de autoridad

    Las personas adictas suelen tener dificultades para relacionarse con figuras de autoridad, ya sea en el ámbito laboral, familiar o social. Esta lucha constante refuerza la sensación de rebeldía y desafío, que a su vez promueve el consumo.

    10. Tendencia a culpar a los demás

    Evadir la responsabilidad personal es otro rasgo característico. Las personas adictas tienden a buscar culpables externos, lo que genera un sentimiento de impotencia y dificulta la toma de decisiones para cambiar.

    Cómo Trabajar en la Recuperación

    Reconocer estos rasgos es el primer paso hacia la recuperación. Un examen sincero de nuestras actitudes y comportamientos nos permite identificar áreas de mejora y trabajar en ellas. La superación personal es un proceso que requiere tiempo, esfuerzo y, en muchos casos, apoyo profesional.

     

    La personalidad adictiva es un conjunto de rasgos que, aunque complejos, pueden ser comprendidos y transformados. Al identificar estos patrones, podemos tomar medidas concretas para romper el ciclo de la adicción y construir una vida más plena y significativa. Si te identificas con alguno de estos rasgos, no dudes en buscar ayuda. La recuperación es posible, y el primer paso está en tus manos.


    [1] Taller basado en el capítulo 5 del libro Querer no es poder, de Washton y Boundy. Ed. Paidós. Madrid 2011.

    Autor: Comunicación Clínicas CITA

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