Testimonio de una amiga ingresada

En el blog de CITA, a menudo, aparecen testimonios de pacientes. Todos significan mucho, entre otras cosas porque creemos que todos pueden ayudar a alguien a reconocerse y, tal vez, emprender ese tratamiento que durante un tiempo ha dudado en emprender o no. A veces todo lo que hace falta es ver una luz reconocible en un camino que, hasta ese momento, había permanecido oscuro. Con todo, el testimonio de hoy es un poco especial, por diversas circunstancias. Como siempre, queremos agradecerlo.

Testimonio de una amiga ingresada; Casi tres meses

He estado en la clínica CITA durante casi tres meses y ahora me siento tan en casa que me da pena irme. Anteriormente había estado ingresada en otros cinco centros, algunos muy buenos y otros no tan buenos, pero lo que hace de este lugar un sitio tan especial es su enfoque holístico para la recuperación de un adicción. Más allá de las buenas terapias psicológicas y psiquiátricas, CITA me ha ofrecido toda la ayuda necesaria para resolver los problemas desatendidos. Allí me han organizado y programado todas las citas (médicas, profesionales o personales) con el fin de ayudarme a conseguir una reinserción completa.

En CITA, todo el mundo es tratado de manera personalizada y el personal se asegura de que se cumplan tus necesidades. Trágicamente mi hijo murió mientras yo estaba aquí y trajeron a un especialista en duelos para que nos atendieran a mi hija y a mí. En un momento tan difícil, tuve la sensación de que se ocupaban plenamente de mí en todo momento.

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    En cuanto a los pacientes, he llegado a quererles a todos. Aquí he encontrado a personas tan comprometidas con su recuperación y con tanta autenticidad que te hacen sentir como parte de una gran familia. Nunca he conocido a un grupo de gente tan dedicada a estar bien y que muestre tanta honestidad para recuperarse de una adicción. Además de las terapias de grupo, hemos pasado muchos días juntos y compartido muchas actividades: pádel, yoga, pilates, gimnsaio, televisión, música, montar a caballo, ir de paseo o, simplemente, charlar.

    En este momento, mi recuperación ha progresado y ya puedo pasar al nivel de la reinserción urbana y dejar atrás a mis amigos y al maravilloso personal que ha estado a mi lado durante todo este tiempo. Por eso, dejar atrás a la que ha sido “mi familia” es para mí un momento triste.

    Un beso a todos,

    Autor: Comunicación Clínicas CITA

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