Pedro lleva un año de tratamiento y ahora acude una vez a la semana al ambulatorio.
Desde hace tres meses ha empezado un nuevo trabajo que no le gusta y que implica mantener una disciplina y un horario. Dos tardes a la semana asiste a clases de yoga y otras dos a un gimnasio.
Pedro empieza a faltar a yoga y al gimnasio y alguna semana no asiste a ninguna actividad. Un mes después, Pedro se da cuenta de que ha asistido sólo tres veces a las actividades que realiza por la tarde.
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Se encuentra con sus amigos algunos fines de semana, aunque la mayoría de ellos tienen pareja e hijos y suelen hacer otros planes. Pedro se aburre a menudo y se queda en casa, comiendo a veces compulsivamente. Cuando está en casa, tiene recuerdos reiterativos de cuando consumía. Y lleva varias semanas soñando con temas de consumo.
Cuando va a ver a su terapeuta se limita a decir que todo va bien.
Pedro empieza a notar que últimamente está más irritable y que tiene conflictos con más frecuencia que antes. También siente ansiedad y está más nervioso.
Un día empieza a planificar un próximo consumo e invita a su casa a uno de los amigos con los que consumía y están juntos hasta muy tarde. A la mañana siguiente, se encuentra muy cansado y decide buscar una excusa y no ir a trabajar.
Duerme hasta el mediodía y, por la tarde, decide no acudir a la cita con su terapeuta y posponerla para más adelante.
En su nuevo encuentro con el terapeuta le reitera que todo sigue muy bien.
1.- ¿Cómo puede seguir esta historia?
2.- ¿Qué señales de alerta identificas?
Autor: Comunicación Clínicas CITA