Cómo descubrí mis rasgos de personalidad adictiva (Un testimonio)

El Precio de Querer Controlarlo Todo

Durante años, creí que ser perfecto era la llave para ser amado. Cumplir expectativas, evitar conflictos y ocultar mis necesidades reales se convirtieron en una trampa silenciosa que me llevó a refugiarme en las drogas. Hoy, tras mi paso por el centro de desintoxicación y deshabituación de Clínicas CITA, comprendo que la adicción no era mi verdadero problema, sino el síntoma de heridas más profundas. Esta es mi historia de aceptación, resiliencia y renacimiento.

Infancia: La Prisión de la Perfección

Todo comenzó en la niñez. Como muchos, asocié el amor a condiciones: «Si saco buenas notas, mis padres estarán orgullosos»«Si no discuto, todos me aceptarán». El miedo a defraudar se instaló en mí. Cada error me generaba una angustia paralizante, como si equivocarme me hiciera indigno de cariño.

En terapia, descubrí que este patrón no era casual. Buscar aprobación constante, especialmente la de mi padre, se convirtió en un mandato interno. Evitaba cualquier confrontación, incluso cuando mis relaciones de pareja chocaban con las expectativas familiares. Prefería ahogar mis necesidades antes que expresarlas, creyendo que así mantendría el equilibrio. Pero la realidad era otra: me sentía solo, incluso rodeado de gente que me amaba.

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    personalidad adictiva

    Adicciones: Cuando el Control se Convierte en Caos

    Mi primer cigarrillo a los 13 años fue un acto de rebeldía… o eso pensé. En verdad, era el inicio de una conducta adictiva que usaría durante décadas para calmar la ansiedad. A los 15, llegó el alcohol; después, la marihuana, cocaína, cristal y opiáceos. Cambiaba de sustancia, pero no de patrón: todas eran anestesias temporales contra el miedo a no ser suficiente.

    El consumo me daba una falsa sensación de control. «Solo un poco para relajarme»«Esta vez sí podré parar». Mentiras que mi adicción susurraba mientras mi vida se desintegraba: distanciamiento familiar, conflictos en pareja, culpa constante. Cuando entendí que mi consumo era compulsivo, ya estaba atrapado.

    El Punto de Quiebre: Pedir Ayuda en Clínicas CITA

    Reconocer que no podía solo fue el paso más difícil. Llegué a Clínicas CITA con la mente nublada y el corazón roto. Creía que la fuerza de voluntad bastaría, pero pronto aprendí que sin abordar las raíces del problema, cualquier abstinencia sería temporal.

    En las sesiones individuales y grupales, descubrí algo revelador: mi adicción no era el enemigo principal, sino un mecanismo de supervivencia. Había usado las drogas para escapar de emociones que no sabía gestionar: el miedo al rechazo, la frustración por no cumplir estándares imposibles, la rabia contenida por no saber poner límites.

    Tratamiento de Desintoxicación: Más Allá de Dejar las Drogas

    El programa de desintoxicación y deshabituación en Clínicas CITA no solo se centró en el consumo. A través de terapias cognitivo-conductuales y talleres de inteligencia emocional, trabajamos:

    1. Autoaceptación: Entender que la perfección no existe y que los errores son oportunidades.

    2. Comunicación asertiva: Aprender a expresar necesidades sin miedo al conflicto.

    3. Gestión de frustración: Romper el ciclo de «controlar todo para evitar el caos».

    4. Reconstrucción de vínculos: Sanar relaciones dañadas desde la honestidad.

    Uno de mis momentos clave fue cuando mi terapeuta dijo: «No eres débil por depender de las drogas; eres humano por buscar alivio al dolor». Esa frase me liberó de la culpa y me dio fuerza para seguir.

    Lecciones que Cambiaron mi Vida

    Hoy, meses después de mi alta, sigo aplicando lo aprendido:

    • La adicción es una maestra disfrazada: Me obligó a mirar partes de mí que ignoraba.

    • Vulnerabilidad no es debilidad: Pedir ayuda me hizo más fuerte que nunca.

    • Las relaciones sanas requieren autenticidad: Ya no eludo conversaciones incómodas con mi esposa o familia.

    • El autocuidado es prioridad: Meditación, ejercicio y terapia son mi nueva «rutina de consumo».

    Consejos para Quienes Siguen Luchando

    Si te sientes identificado con mi historia, quiero compartir contigo lo que me hubiera gustado saber antes:

    1. No esperes a tocar fondo: La adicción progresa; busca ayuda profesional en un centro especializado cuanto antes.

    2. Desconfía del autoengaño: Pensar «yo controlo» suele ser la primera mentira de la dependencia.

    3. Enfócate en las causas, no solo en los síntomas: Un buen tratamiento, como el de Clínicas CITA, aborda el origen emocional.

    4. Celebra cada pequeño avance: La recuperación es un proceso, no un destino.

     Un Camino hacia la Libertad

    Mi viaje en Clínicas CITA no solo me alejó de las drogas; me devolvió a mí mismo. Aprendí que la verdadera fortaleza no está en controlarlo todo, sino en soltar lo que nos destruye. Si hay algo que quiero que recuerdes es esto: la adicción puede ser el capítulo más oscuro de tu vida, pero no tiene que ser el final de tu historia.

    ¿Listo para escribir tu propio final? En Clínicas CITA, encontrarás un equipo humano comprometido con tu recuperación. La primera página de tu renacimiento comienza hoy.

    About the Author: Dr. Josep Mª Fàbregas

    doctor

    Especialista en adicciones y director psiquiatra del centro de adicciones y salud mental Clínicas CITA. Inicié mi carrera profesional en el Hospital Marmottande París, donde trabajé con el Profesor Claude Olievenstein. Posteriormente me trasladé a Nueva York y, tras varios años de experiencia profesional, en 1981 fundé CITA (Centro de Investigación y Tratamiento de las Adicciones) con el objetivo de desarrollar un modelo de comunidad terapéutica profesional, el cual lleva 32 años en funcionamiento.

    El Precio de Querer Controlarlo Todo

    Durante años, creí que ser perfecto era la llave para ser amado. Cumplir expectativas, evitar conflictos y ocultar mis necesidades reales se convirtieron en una trampa silenciosa que me llevó a refugiarme en las drogas. Hoy, tras mi paso por el centro de desintoxicación y deshabituación de Clínicas CITA, comprendo que la adicción no era mi verdadero problema, sino el síntoma de heridas más profundas. Esta es mi historia de aceptación, resiliencia y renacimiento.

    Infancia: La Prisión de la Perfección

    Todo comenzó en la niñez. Como muchos, asocié el amor a condiciones: «Si saco buenas notas, mis padres estarán orgullosos»«Si no discuto, todos me aceptarán». El miedo a defraudar se instaló en mí. Cada error me generaba una angustia paralizante, como si equivocarme me hiciera indigno de cariño.

    En terapia, descubrí que este patrón no era casual. Buscar aprobación constante, especialmente la de mi padre, se convirtió en un mandato interno. Evitaba cualquier confrontación, incluso cuando mis relaciones de pareja chocaban con las expectativas familiares. Prefería ahogar mis necesidades antes que expresarlas, creyendo que así mantendría el equilibrio. Pero la realidad era otra: me sentía solo, incluso rodeado de gente que me amaba.

    personalidad adictiva

    Adicciones: Cuando el Control se Convierte en Caos

    Mi primer cigarrillo a los 13 años fue un acto de rebeldía… o eso pensé. En verdad, era el inicio de una conducta adictiva que usaría durante décadas para calmar la ansiedad. A los 15, llegó el alcohol; después, la marihuana, cocaína, cristal y opiáceos. Cambiaba de sustancia, pero no de patrón: todas eran anestesias temporales contra el miedo a no ser suficiente.

    El consumo me daba una falsa sensación de control. «Solo un poco para relajarme»«Esta vez sí podré parar». Mentiras que mi adicción susurraba mientras mi vida se desintegraba: distanciamiento familiar, conflictos en pareja, culpa constante. Cuando entendí que mi consumo era compulsivo, ya estaba atrapado.

    El Punto de Quiebre: Pedir Ayuda en Clínicas CITA

    Reconocer que no podía solo fue el paso más difícil. Llegué a Clínicas CITA con la mente nublada y el corazón roto. Creía que la fuerza de voluntad bastaría, pero pronto aprendí que sin abordar las raíces del problema, cualquier abstinencia sería temporal.

    En las sesiones individuales y grupales, descubrí algo revelador: mi adicción no era el enemigo principal, sino un mecanismo de supervivencia. Había usado las drogas para escapar de emociones que no sabía gestionar: el miedo al rechazo, la frustración por no cumplir estándares imposibles, la rabia contenida por no saber poner límites.

    Tratamiento de Desintoxicación: Más Allá de Dejar las Drogas

    El programa de desintoxicación y deshabituación en Clínicas CITA no solo se centró en el consumo. A través de terapias cognitivo-conductuales y talleres de inteligencia emocional, trabajamos:

    1. Autoaceptación: Entender que la perfección no existe y que los errores son oportunidades.

    2. Comunicación asertiva: Aprender a expresar necesidades sin miedo al conflicto.

    3. Gestión de frustración: Romper el ciclo de «controlar todo para evitar el caos».

    4. Reconstrucción de vínculos: Sanar relaciones dañadas desde la honestidad.

    Uno de mis momentos clave fue cuando mi terapeuta dijo: «No eres débil por depender de las drogas; eres humano por buscar alivio al dolor». Esa frase me liberó de la culpa y me dio fuerza para seguir.

    Lecciones que Cambiaron mi Vida

    Hoy, meses después de mi alta, sigo aplicando lo aprendido:

    • La adicción es una maestra disfrazada: Me obligó a mirar partes de mí que ignoraba.

    • Vulnerabilidad no es debilidad: Pedir ayuda me hizo más fuerte que nunca.

    • Las relaciones sanas requieren autenticidad: Ya no eludo conversaciones incómodas con mi esposa o familia.

    • El autocuidado es prioridad: Meditación, ejercicio y terapia son mi nueva «rutina de consumo».

    Consejos para Quienes Siguen Luchando

    Si te sientes identificado con mi historia, quiero compartir contigo lo que me hubiera gustado saber antes:

    1. No esperes a tocar fondo: La adicción progresa; busca ayuda profesional en un centro especializado cuanto antes.

    2. Desconfía del autoengaño: Pensar «yo controlo» suele ser la primera mentira de la dependencia.

    3. Enfócate en las causas, no solo en los síntomas: Un buen tratamiento, como el de Clínicas CITA, aborda el origen emocional.

    4. Celebra cada pequeño avance: La recuperación es un proceso, no un destino.

     Un Camino hacia la Libertad

    Mi viaje en Clínicas CITA no solo me alejó de las drogas; me devolvió a mí mismo. Aprendí que la verdadera fortaleza no está en controlarlo todo, sino en soltar lo que nos destruye. Si hay algo que quiero que recuerdes es esto: la adicción puede ser el capítulo más oscuro de tu vida, pero no tiene que ser el final de tu historia.

    ¿Listo para escribir tu propio final? En Clínicas CITA, encontrarás un equipo humano comprometido con tu recuperación. La primera página de tu renacimiento comienza hoy.

    Autor: Comunicación Clínicas CITA

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