Fundamentalmente, se trata de dejar patente cuáles son las reglas del juego cuando se trata de adolescentes, un grupo al que hay que interpretar en clave evolutiva, en función de su condición de adolescente.
Las cuestiones a resolver son de dos tipos:
- Cuándo considerar que los usos de drogas son problemáticos
- Cuándo decidir una intervención sobre ellos
Es muy probable que los adolescentes entren en contacto con los usos de drogas y que algunos de ellos tengan consumos problemáticos.
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Razonablemente, parece que se debería hacer algo. Sin embargo, está comprobado que no sirve cualquier intervención, y se hace necesario elegir el momento oportuno en el que intervenir.
No está claro cuál es el problema y si son ellos o los adultos que les rodean quienes lo tienen.
Resulta, finalmente, que los adolescentes son sujetos en construcción y no todos los momentos son oportunos ni todas las formas de intervención son adecuadas.
Autodestrucción y angustia por el consumo de drogas
Sobre todo cuando la preocupación inicial por los adolescentes nace de la experiencia de trabajo con jóvenes que llegaron a destruirse con algunos usos de drogas, o cuando como padres surge la preocupación sólo por eso, se tiende a hacer un acercamiento inadecuado. La destrucción ya conocida o intuida, genera una gran angustia. Además, se sabe que casi todos los que llegaron a esa situación comenzaron cuando eran adolescentes. Parece como si la responsabilidad impidiera quedarse con los brazos cruzados, como si hubiese que intervenir a toda costa.
Habría que empezar por decir que prestarles atención no siempre significa hacer algo. No siempre la respuesta ha de ser actuar, hacer. A menudo, habrá que saber no hacer nada. Un no hacer que significa observar, seguir de cerca, estar al tanto, ser receptivos, tener paciencia y calmar la angustia, seguir a su lado cuando se pueda y se deba hacer algo, si es que finalmente hace falta.
Para calibrar el grado del problema, no existen recetas fijas. No hay parámetros lineales que digan cuándo están realmente en un mundo de usos problemáticos que hacen inevitable la intervención.
El uso de la amenaza, de la destrucción posible con la que pueden encontrarse, el intento de traspasarles sin matices la preocupación, puede conducir, además, a la profecía autocumplida. Las historias de los adolescentes están llenas de problemas creados por la angustia desproporcionada y anticipada.
Sugerencias, propuestas, límites, ideas, sobre un asunto como el de determinados usos de drogas que sólo los adultos perciben como problema, sólo hacen mella en los adolescentes cuando se dan en el seno de otras propuestas y sugerencias, cuando se es capaz de despojarlas de dramatismo.
La advertencia sobre la no neutralidad delas intervenciones y sobre la dificultad de encontrar el momento oportuno y la forma adecuada, no es específica de las drogas. Tiene que ver con la educación y con las intervenciones terapéuticas de cualquier otro estilo. Los profesionales responsables suelen hacerse dos preguntas: ¿Es realmente el problema tan grave como aparenta? ¿Es conveniente intervenir ahora?
La primera duda se plantea porque la experiencia enseña que muchísimas cosas aparentemente graves que pasan en la adolescencia, tienen que ver con su condición adolescente.
A la vez, los padres piden ayuda para soportar la preocupación. Necesitan mayores dosis de paciencia y el convencimiento de que con la salida de ese estado adolescente, muchas cosas encontrarán solución. Necesitan poder transformar la angustia y la tendencia de saber qué hacen sus hijos por una preocupación y una capacidad de observación razonables.
Para solucionar estos problemas, puede ponerse en contacto con nuestro centro de desintoxicación de drogas en adolescentes CLINICAS CITA
About the Author: Dr. Josep Mª Fàbregas
Especialista en adicciones y director psiquiatra del centro de adicciones y salud mental Clínicas CITA. Inicié mi carrera profesional en el Hospital Marmottande París, donde trabajé con el Profesor Claude Olievenstein. Posteriormente me trasladé a Nueva York y, tras varios años de experiencia profesional, en 1981 fundé CITA (Centro de Investigación y Tratamiento de las Adicciones) con el objetivo de desarrollar un modelo de comunidad terapéutica profesional, el cual lleva 32 años en funcionamiento.
Autor: Comunicación Clínicas CITA