El sorprendente cambio físico y estético de una ex consumidora habitual de metadona 90 días después de iniciado un proceso de desintoxicación y deshabituación, ha permitido dar a conocer una vez más el daño que provocan algunas drogas. El hermano de la protagonista ha sido el responsable de divulgar en las redes sociales dos imágenes que recogen el antes y el después de una mujer que sufría dependencia a la metadona .
La primera foto nos muestra a una mujer muy delgada y con aspecto demacrado y envejecido, mientras que la otra imagen muestra a una joven saludable y con muy buen aspecto. El hermano explica que las fotos no están trucadas y que su objetivo es demostrar a otros adictos que se puede luchar contra las adicciones.
¿Qué es la metadona? El hidrocloruro de Metadona es un opiáceo sintético. Inicialmente se usaba como un analgésico para el tratamiento de dolor severo y aún se usa ocasionalmente para aliviar el dolor. Sin embargo, la metadona se usa ahora principalmente para el tratamiento de la adicción a los narcóticos. Los efectos de la metadona pueden durar hasta 24 horas, permitiendo su administración solo una vez al día en programas de desintoxicación y mantenimiento de la heroína.
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Normalmente, la metadona provoca los efectos secundarios de los opiáceos, incluyendo el desarrollo de tolerancia y la dependencia física y psicológica. Las depresiones respiratorias son peligrosas. Las histaminas liberadas pueden causar hipotensión o broncoespasmos. Y otros síntomas son el estreñimiento, la náusea o el vómito, la pérdida de la capacidad motora voluntaria, el vértigo, y el edema.
Como un opiáceo, el uso habitual de la metadona causa dependencia física (si se usa habitualmente, al dejar de consumirla aparece el síndrome de abstinencia). Los cambios físicos debidos a la droga son parecidos a los de otros opiáceos: tos refleja suprimida, pupilas contraídas, modorra y estreñimiento. El efecto de la metadona dura hasta 36 horas.
About the Author: Dr. Josep Mª Fàbregas
Especialista en adicciones y director psiquiatra del centro de adicciones y salud mental Clínicas CITA. Inicié mi carrera profesional en el Hospital Marmottande París, donde trabajé con el Profesor Claude Olievenstein. Posteriormente me trasladé a Nueva York y, tras varios años de experiencia profesional, en 1981 fundé CITA (Centro de Investigación y Tratamiento de las Adicciones) con el objetivo de desarrollar un modelo de comunidad terapéutica profesional, el cual lleva 32 años en funcionamiento.
Autor: Comunicación Clínicas CITA