El consumo pasivo de alcohol se refiere a los efectos negativos que el consumo de alcohol de una persona puede tener en quienes la rodean. Estos impactos pueden ser directos, afectando a amigos o familiares, o pueden manifestarse de manera más sutil con el tiempo.
En alguna publicación del pasado año, se explica que el concepto de consumo pasivo de alcohol es similar al del humo de segunda mano del tabaco. Hace décadas, se demostró que el humo del cigarro podía causar cáncer de pulmón en no fumadores. Hoy, la sociedad comprende los peligros del humo de segunda mano, pero los riesgos del consumo pasivo de alcohol aún no son tan evidentes.
¿Cómo afecta el consumo pasivo de alcohol a los seres queridos?
El consumo pasivo de alcohol puede dañar la salud de quienes nos rodean, afectar nuestras relaciones y tener consecuencias económicas graves. Aunque el bebedor no tenga intención de hacer daño, sus acciones pueden generar estrés, abuso y otros problemas en su entorno.
Se estima que 1 de cada 5 adultos ha experimentado algún efecto perjudicial del consumo pasivo de alcohol. A continuación, se explican algunos de estos impactos.
1. Abuso físico y psicológico
El alcohol puede alterar el comportamiento de una persona, haciéndola más agresiva o impredecible. Esto se debe a los efectos del alcohol en el cerebro, que pueden reducir la capacidad de controlar impulsos. Vivir con alguien que abusa del alcohol puede aumentar el riesgo de sufrir abuso físico, psicológico o incluso sexual.
2. Violencia doméstica
La relación entre el alcohol y la violencia doméstica está ampliamente documentada. Las personas que viven con alguien que bebe en exceso pueden ser testigos frecuentes de agresiones. En el caso de los niños, esto puede normalizar comportamientos agresivos y aumentar la probabilidad de que recurran al consumo de sustancias para lidiar con el estrés emocional.
Cabe destacar que la violencia doméstica no solo se produce cuando la persona está bajo los efectos del alcohol, sino también cuando experimenta síndrome de abstinencia, lo que puede generar episodios de ira extrema.
3. Mayor riesgo de conducir ebrio
Otra consecuencia del consumo pasivo de alcohol es el riesgo de accidentes de tráfico. Muchas personas pueden sentirse presionadas para subir a un auto con alguien que ha bebido, a pesar de conocer los riesgos. Según datos del gobierno del Reino Unido, el 5% de las personas encuestadas admitió haber conducido por encima del límite de alcohol permitido al menos una vez en el último año.
4. Ruptura de la unidad familiar
Cuando una persona en la familia tiene problemas con el alcohol, las relaciones pueden deteriorarse rápidamente. Estudios han demostrado que un aumento en el consumo de alcohol de 1 litro per cápita está vinculado a un incremento del 20% en la tasa de divorcios. Además, los hijos de personas con adicciones pueden desarrollar codependencia, lo que los lleva a mantener la situación incluso cuando les perjudica.
5. Carga económica
El alcoholismo no solo afecta la salud y las relaciones, sino también la estabilidad financiera. El consumo excesivo puede derivar en problemas laborales, deudas y dificultades económicas graves. En algunos casos, la persona con adicción podría solicitar ayuda económica a sus familiares, ocultando el verdadero destino del dinero, lo que puede privar a los hijos de necesidades básicas como ropa o materiales escolares.
¿Cómo saber si estás siendo afectado por el consumo pasivo de alcohol?
Si en tu entorno hay alguien con un problema de alcoholismo y su comportamiento te genera ansiedad, miedo o tristeza, es probable que estés sufriendo los efectos del consumo pasivo de alcohol. La exposición constante a este tipo de situaciones puede activar el sistema de respuesta al estrés del cuerpo, provocando reacciones emocionales negativas.
¿Qué hacer para afrontar el consumo pasivo de alcohol?
Existen estrategias para protegerse y afrontar esta situación:
1. Infórmate sobre la adicción y el consumo pasivo de alcohol
El conocimiento es poder. Aprender sobre el alcoholismo te ayudará a entender mejor la situación y tomar decisiones informadas. Usa fuentes profesionales y recursos médicos para comprender mejor la adicción y sus efectos.
2. Practica el autocuidado
Cuando un ser querido tiene problemas con el alcohol, es fácil perderse en intentos por ayudarlo. Sin embargo, también es importante establecer límites para proteger tu bienestar emocional. Prioriza tu salud mental y busca actividades que te ayuden a relajarte y desconectarte del estrés.
3. Busca apoyo profesional o grupos de ayuda
No tienes que afrontar esto solo. Existen grupos de apoyo para familiares de personas con adicciones, así como terapeutas especializados en la materia. Compartir experiencias con otras personas que han vivido situaciones similares puede ser una fuente valiosa de consuelo y asesoramiento.
4. Recuerda que no es tu culpa
Muchas personas que conviven con un alcohólico se culpan a sí mismas por la situación. Es fundamental entender que la adicción es una enfermedad y que no eres responsable de las decisiones de la otra persona. No te castigues por algo que está fuera de tu control.
¿Dónde buscar ayuda?
Si tú o alguien cercano está luchando con los efectos del consumo pasivo de alcohol, existen recursos y profesionales dispuestos a ayudar. Las clínicas de rehabilitación y los programas de desintoxicación pueden ser un primer paso para recuperar la estabilidad y mejorar la calidad de vida tanto del afectado como de su entorno.
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Autor: Comunicación Clínicas CITA