Como dos años luz de distancia

Tomando un té verde en la terraza de una bonita cafetería, en el medio de una preciosa plaza de un encantador pueblito llamado Agüimes. Aquí son las 10:30 de una soleada y calurosa mañana. A dos metros de mí, un par de hombres que han pasado toda la noche bebiendo, y continúan…. En casa, mi padre y su mujer durmiendo “la mona”. Ayer salieron un ratito a celebrar el carnaval.

Pienso que ahora vivo en otro planeta. Los dos metros que me separan de los hombres y su borrachera son como dos años luz de distancia que me alejan cada vez más de la persona que yo era.

Lo que me inquieta ligeramente en este momento es que hace diez minutos que ha abierto el museo de historia que hay justo a diez metros de donde estoy sentado, y tengo ganas de verlo… Cómo he cambiado, yo mismo me sorprendo. Porque lo que me gusta y me da placer en esta etapa de mi vida no tiene nada que ver con mi pasado de drogadicto y alcohólico.

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    Autor: Comunicación Clínicas CITA

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