Lo que debes saber sobre el cannabis

El cannabis proviene de la planta Cannabis sativa, que se cultiva en Asia y América del Sur. También se cultiva, aunque en pequeñas cantidades, en Europa y América del norte. El principio activo es un alcaloide denominado THC, de contenido variable en cada cultivo y en cada planta.

La obtención de la droga se realiza con toda la planta. Sin embargo, de las hojas se saca el kifi, de las flores se obtiene la grifa, y con la resina de las flores se hace el hachís, con el que elaboran unos cigarros comúnmente llamados porros.

En el mercado suele presentarse en tres formas: hierba, resina y aceite de hachís.

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    La presentación más común es la hierba, que se elabora con hojas y flores picadas. Generalmente tiene un color pardo verdoso y aroma herbáceo dulce.

    La resina se consigue prensando la savia de las hojas y el tallo. En general, se mezcla con el tabaco y se lía en forma de cigarrillo. En algunos casos, y lo mismo sucede con la hierba, se puede ingerir con las comidas.

    El aceite se elabora a partir de la resina mediante un disolvente. Después se filtra y evapora. Habitualmente se fuma untándolo en papel de cigarrillo, pero es más habitual mezclarlo con tabaco.

    Grifa, costo, porros…

     

    En los ambientes de consumo es conocido con distintos nombres: canuto, grifa, hierba, marihuana, porro, chocolate, costo, y otros.

    En forma de hierba o resina y usada intermitentemente y con moderación, no suele producir efectos secundarios graves. Sin embargo, el aceite reviste ya peligrosidad para la salud. De todos modos, los efectos dependen de la concentración de THC, de las características y enzimas del consumidor, de la forma de administrar y del hábito del consumo. Los efectos son mucho peores en jóvenes; algunos son inmediatos y otros aparecen a medio y largo plazo.

    En cuanto a los efectos inmediatos, varían en cada caso. Unas veces hay euforia e irrealidad, otras veces dificultades de atención y temores. También se altera la percepción sensorial y aparece un exceso de sensibilidad y capacidad de sugestión que produce altibajos y cambios de humor.

    Asimismo, disminuye el control afectivo y la pérdida de dominio propio. También puede provocar dejadez, indiferencia, pérdida de energía y falta de ilusión y de motivación.

    A medio y largo plazo, el consumo de cannabis produce efectos físicos, psíquicos y sociales.

    Desde el punto de vista físico, los daños más importantes son el deterioro de los pulmones y daños severos a los glóbulos blancos y a los espermatozoides. Además, puede producir taquicardias y daños a la laringe y faringe y al sistema inmune.

    En el aspecto psíquico a medio plazo, distorsiona la percepción y disminuye la sensibilidad, la memoria y la voluntad. Dificulta la capacidad de pensar, aprender y tomar decisiones. Produce ansiedad. Conduce a la pérdida de interés y motivación.

    El cannabis crea dependencia psíquica y efectos sociales, que se reflejan en conflictos de familia, conflictos laborales, y puede facilitar el consumo de otras drogas. La adicción al cannabis es una de las más comunes, pero podemos ayudarte con nuestros tratamientos de desintoxicación personalizados.

    Autor: Comunicación Clínicas CITA

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