Los cinco colores ciegan el ojo.
Las cinco notas ensordecen el oído.
Los cinco sabores empalagan el paladar.
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La carrera y la caza enloquecen la mente.
Los objetos preciosos tientan al hombre a hacer el mal.
Por eso el sabio cuida del vientre y no del ojo.
Prefiere lo que está dentro a lo que está afuera.
Autor: Comunicación Clínicas CITA