Qué es la ayahuasca y su uso terapéutico así como otros ejemplos de plantas medicinales es el tema a explicar hoy en el blog de Clínicas CITA. La ayahuasca es una sustancia que a pesar de ser poco conocida hace muchos años que se usa y los investigadores están encontrando aplicaciones realmente interesantes.
¿Qué es la ayahuasca?
La ayahuasca es el líquido resultante de cocinar algunas plantas originarias del Amazonas.
Ayahuasca es una palabra quechua que suele traducirse por ‘la enredadera del alma’, un término que juega a la vez con la representación literal y simbólica de lo que es esta mezcla.
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Muchos estudiosos han interpretado que la ‘enredadera del alma’ es un viaje ascendente a los reinos del espíritu: se nota cómo el cuerpo se siente intoxicado, cómo esa enredadera va constriñendo el cuerpo y expulsando, mediante el vómito y/o la diarrea los males físicos.
La ayahuasca, tanto en sentido literal como simbólico, es pues un viaje al interior del cuerpo. Así lo entiende la medicina tradicional amazónica y es por eso por lo que se la considera una medicina.
La ayahuasca es un líquido de sabor desagradable que, entre 35 y 45minutos después de ingerirlo, induce un contundente estado alterado de conciencia, sólo en parte similar al que inducen otras drogas alucinógenas como los hongos psilocibes o la LSD. Bajo los efectos de la ayahuasca, se suelen tener visiones que tienen un impactante efecto emocional sobre el iniciado.
Usos terapéuticos de la ayahuasca
Para entender qué es la ayahuasca es importante conocer de donde proviene. Tradicionalmente, la ayahuasca se ha utilizado en rituales de grupo, donde la tribu comparte una cosmovisión común y de esta forma se potenciaba la cohesión grupal.
También se utilizaba, aprovechando esta visión de la realidad, para analizar dónde se encuentran los problemas, bien grupales bien individuales con relación al grupo, uso que hoy en día se ha ido adaptando a Occidente reconvertido en usos con fines de crecimiento personal, de autoconocimiento y, en definitiva, de auto-curación ante malestares psíquicos y dolencias físicas.
Aparte de los usos tradicionales y modernos de la ayahuasca, ésta también tiene un uso religioso. En Brasil existe incontables ‘religiones ayahuasqueras’, que son doctrinas religiosas de tipo sincrético en las que se encentran presentes elementos cristianos y chamánicos, aderezados con tradiciones espirituales diversas, como pueden ser el candomblé o, con la globalización, incorporaciones místicas orientalistas como el budismo.
Respecto al estatus legal de la ayahuasca, a pesar de que la DMT es una sustancia fiscalizada, ni la ayahuasca ni ningún preparado realizado con plantas que contengan DMT está sometido a fiscalización internacional.
Otras plantas medicinales como la ayahuasca
Más allá de qué es la ayahuasca aparece la experiencia con la planta de la iboga y/o sus extractos, como con la ibogaína, los efectos empiezan a aparecer de manera gradual en la primera hora tras la ingesta por vía oral, notándose por un zumbido en los oídos que anuncia la aparición de las primeras modificaciones en la percepción visual y de las sensaciones corporales.
Pueden producirse dificultades en la coordinación, por lo que el iniciado suele permanecer tumbado.
Durante la segunda fase, usualmente llamada de ‘sueño despierto’, pueden aparecer alucinaciones, cambios en las emociones y modificaciones de la percepción corporal y del sentido del tiempo y del espacio.
En esta fase visionaria, pueden recorrerse paisajes nunca vistos por el iniciado, escuchar tambores y ritmos africanos con connotaciones primitivas, ver animales o personas fallecidas que parecen vivas y se le aproximan al individuo para transmitirle mensajes, sobrevolar ciudades, océanos o bosques, viajar por el ADN o el cerebro, ver objetos llenos de colorido, etc.
Estos efectos ocurren con los ojos cerrados y las visiones desaparecen si estos se abren. Es habitual tener visiones de escenas provenientes de recuerdos pasados de tipo autobiográfico.
Las imágenes que se aparecen suelen ser proyecciones conceptuales relacionadas con la vida de la persona y cargadas de significado.
La tercera parte, conocida como ‘fase de introspección cognitiva profunda’, se prolonga en las 8-36 horas siguientes tras haber ingerido la droga y se tiene la sensación de que el cuerpo está dormido mientras el ‘espíritu’ se mantiene despierto.
En esta fase, se produce una evaluación intelectual respecto a los eventos pasados y a las decisiones tomadas entonces, descubriendo la persona nuevas soluciones diferentes a las tomadas en el pasado, un arrepentimiento profundo por las acciones realizadas hacia otros y la convicción clara de que lo pasado es inmodificable y que el futuro se presenta para hacer mejor las cosas.
Es habitual también que se reduzca la necesidad de dormir durante los días posteriores a la sesión.
Usos terapéuticos de la ibogaína
En los casos de tratamiento de toxicomanías, hay un claro efecto fisiológico de la reducción del deseo de consumo, los efectos psicológicos que induce la ibogaína pueden ser claves a la hora de decisiones que tomen los pacientes de cara a tratar de solucionar en el futuro su problema y a elegir estrategias psicológicas de cara a prevenir las recaídas.
Si bien la mayoría de las personas toleran bien los efectos y la experiencia es enriquecedora, se han documentado casos de reacciones adversas psicológicas, por lo que las personas con trastornos mentales graves deben comunicarlo antes de querer emprender esta experiencia.
La experiencia con iboga, igual que con la ayahuasca, tiene un uso recreativo muy limitado, por lo que quien tenga intención de tomarla debe pensar en que va a realizar más un trabajo personal intenso que no una experiencia meramente placentera.
La ibogaína se diferencia de otros alucinógenos en que, además de los riesgos psicológicos intrínsecos a los mismos, tiene un perfil de efectos secundarios somáticos de más riesgo que el de los psicodélicos clásicos.
About the Author: Dr. Josep Mª Fàbregas
Especialista en adicciones y director psiquiatra del centro de adicciones y salud mental Clínicas CITA. Inicié mi carrera profesional en el Hospital Marmottande París, donde trabajé con el Profesor Claude Olievenstein. Posteriormente me trasladé a Nueva York y, tras varios años de experiencia profesional, en 1981 fundé CITA (Centro de Investigación y Tratamiento de las Adicciones) con el objetivo de desarrollar un modelo de comunidad terapéutica profesional, el cual lleva 32 años en funcionamiento.
Autor: Comunicación Clínicas CITA