Superar la adicción.- La fábula de la rana y el escorpión: ¿Qué es lo que nos dice?
Una fábula es una composición literaria breve en la que los personajes son animales o cosas que casi siempre presentan características humanas como hablar. En el Diccionario de uso del español de María Moliner se indica que “se trata de un género didáctico mediante el cual suele hacerse crítica de las costumbres y de los vicios locales o nacionales, pero también de las características universales de la naturaleza humana en general”
Como género literario, acostumbra a presentar estas características: Ofrece un contenido moralizante o didáctico, siempre contiene una moraleja, es una pieza muy breve y con pocos personajes, es inverosímil, su exposición de vicios y virtudes es irónica y generalmente sus personajes son animales a los que se los humaniza.
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Fábula de la rana y el escorpión
Superar la adicción
Había una vez una rana sentada en la orilla de un río, cuando se le acercó un escorpión que le dijo:
—Amiga rana, ¿puedes ayudarme a cruzar el río? Puedes llevarme a tu espalda…
— ¿Que te lleve a mi espalda? —contestó la rana—. ¡Ni pensarlo! ¡Te conozco! Si te llevo a mi espalda,
sacarás tu aguijón, me picarás y me matarás. Lo siento, pero no puede ser.
—No seas tonta —le respondió entonces el escorpión—. ¿No ves que si te pincho con mi aguijón
te hundirás en el agua y que yo, como no sé nadar, también me ahogaré?
Y la rana, después de pensárselo mucho, se dijo a sí misma:
—Si este escorpión me pica en medio del río, nos ahogamos los dos. No creo que sea tan tonto como
para hacerlo.
Entonces, la rana se dirigió al escorpión y le dijo:
—Mira, escorpión. Lo he estado pensando y te voy a ayudar a cruzar el río.
El escorpión se colocó sobre la resbaladiza espalda de la rana y empezaron a cruzar juntos el río.
Cuando habían llegado a la mitad del cauce, en una zona del río donde había remolinos, el escorpión
picó con su aguijón a la rana. De repente, la rana sintió un fuerte picotazo y cómo el veneno mortal se
extendía por su cuerpo. Y mientras se ahogaba, y veía cómo también se ahogaba el escorpión,
pudo sacar las últimas fuerzas que le quedaban para decirle:
—No entiendo nada… ¿Por qué lo has hecho? Tú también vas a morir.
Y entonces, el escorpión la miró y le respondió:
—Lo siento ranita. No he podido evitarlo. No puedo dejar de ser quien soy, ni actuar en contra de mi
naturaleza.
Y poco después de decir esto, desaparecieron los dos, el escorpión y la rana, bajo de las aguas del río.
Estamos ante otra fábula que humaniza a los animales con la intención didáctica de hacernos reflexionar sobre nuestra naturaleza, actitudes y comportamientos. ¿Cuál es el mensaje de la fábula? ¿Qué lecturas permite? ¿Somos los humanos como el escorpión? ¿Hay entre los humanos escorpiones y ranas? ¿Es también la naturaleza humana tan determinante? ¿Podemos cambiar? ¿Nuestros instintos más negativos son inmodificables?
Estas son algunas de las respuestas recogidas a modo de reflexión:
“Es muy cierto. No podemos luchar contra nuestra propia naturaleza. La bondad de la rana fue más fuerte que el temor a ser picada. La gente bondadosa nunca podrá dejar de serlo y la gente mala nunca dejará de ser mala, incluso en los momentos difíciles”
“Se dice, cuando una persona tiene un defecto
muy marcado, que al final es lo que le pierde.
Siempre, por mucho que uno diga que va a cambia, al final sale a relucir de nuevo su manera de ser”
“Si bien es cierto que muchas personas no pueden cambiar su “naturaleza” (como el escorpión), también hay personas (ranitas) que siempre estarán dispuestas a querer ayudar a los escorpiones”
“Si los valores se imponen a la hora de actuar, es posible que actuemos como la crédula rana y que, como ella, confiemos y nos demos sin reservas a los demás. Pero cuando esa parte de sentimientos negativos que anidan en cada ser, tienen la posibilidad de aflorar, entonces el escorpión que hay en nosotros nos lleva a clavar el aguijón. Pero solemos tener más de escorpión que de rana”
“Hay una enorme diferencia entre el escorpión, la rana y nosotros. Ellos actúan movidos por sus impulsos e instintos naturales, nosotros tenemos voluntad y libre albedrío y podemos conducir nuestros instintos y encauzarlos”
“En algunas situaciones podemos convertirnos en ranas generosas o en escorpiones traicioneros”
“Aquí el problema está en la conciencia, que es quien debería hacernos humanos. Sucede que en la mayoría de los casos actuamos de manera inconsciente, obedeciendo a nuestros instintos. ¿Podremos ser lo suficientemente conscientes para tomar las decisiones adecuadas en cada minuto de nuestra vida? He ahí el desafío”
“Por mucho que cada uno de nosotros intente buscar su propia identidad, nunca dejaremos de ser ese escorpión.”
“¿No ocurre lo mismo con los seres humanos. ¿Acaso sabes quién eres? ¿Te conoces lo suficientemente bien como para afirmar que eres la persona que piensas que eres?”
“Yo creo que nuestra naturaleza dista mucho de la del escorpión. Ya que no es fácil definir una “naturaleza humana”. Sin embargo, nuestra búsqueda, nuestro desarrollo, debe siempre empujarnos a mejorar en nosotros mismos lo que puede ser mejorado y poner énfasis en descubrir nuestras virtudes, corrigiendo nuestros defectos”
“Seremos lo que decidamos ser y hacer con nuestras vidas, es decir, en nuestras manos está el ser ranas o escorpiones o pájaros”
Dejar las drogas. Clínicas CITA
Superar la adicción.- CITA es un centro de tratamiento de adicciones especializado, desde hace más de treinta años, en ayudar a los pacientes a superar sus problemas de dependencia. Hoy CITA es una de las clínicas más reconocidas de Europa en su ámbito de trabajo, gracias a sus más de ochenta profesionales, a la innovación y la evolución
Autor: Comunicación Clínicas CITA