Existen una serie de signos reveladores que indican que puede ocurrir una crisis. Estas crisis tal vez acarreen o no el consumo de drogas. Sin embargo, suele ser más frecuente que una crisis que empieza como un acontecimiento no relacionado con la droga, cuando no es tratado, acabe en un abuso de drogas que acabe agravando esta crisis.
Un signo típico es que el paciente suele llegar habitualmente tarde a las sesiones de terapia, o bien ya no aparece. Cuando un paciente pierde una sesión, sobre todo si no ha llamado para anularla, esto suele presagiar un problema. Cuando el paciente se incomunica, la probabilidad de que haya recaído es muy alta. Otra posibilidad es que esté implicado en otras dificultades graves.
Después de que un paciente ha faltado a una sesión, el terapeuta debe intentar contactar con él tan pronto como sea posible. Si se contacta fácilmente con el paciente, el terapeuta puede preguntarle qué está ocurriendo.
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La situación se complica cuando no es posible localizar a un paciente que ha faltado a una sesión. En un porcentaje alto de casos en los que el paciente desaparece varios días, este hecho suele estar relacionado con el consumo de drogas. Por lo tanto, las sesiones perdidas proporcionan al terapeuta una clara llamada de atención.
Otros signos de alarma de que el paciente está en crisis es la demostración por parte de éste de un cambio muy marcado en el estado de ánimo o de conducta. Siempre que sea posible, deben tratarse lo más rápidamente posible los cambios pronunciados en el funcionamiento del paciente. En estos casos, se aconseja una mezcla de empatía y de franca confrontación. De esta forma, el terapeuta puede fortalecer la relación terapéutica, mientras hace progresos para estabilizar al paciente y empezar a abordar las causas de la crisis de manera constructiva.
Otra señal de alerta es cuando el paciente parece grogui, especialmente a mitad del día.
Los pacientes raramente ansían o tienen entusiasmo por contar que han reanudado episodios con drogas o bien sus crisis, pero tendrán más ganas de discutir situaciones en las que han escapado por un pelo. Cuando un paciente expone espontáneamente que casi estuvo a punto de consumir drogas la semana pasada, es casi seguro que vivirá otra situación similar esta semana. Es más que probable que ya haya empezado a consumir drogas durante la semana pasada y que probablemente aún tome más en la semana siguiente. Cuando este tema se hace público, hay que convertirlo en el aspecto más prioritario dela sesión.
Cuando el paciente no menciona por sí mismo episodios en los que casi ha tomado drogas, el terapeuta puede preguntar, como de forma casual, si ha habido momentos en que el paciente se haya sentido tentado a consumir. Este tipo de preguntas puede llevar a discutir los problemas y las crisis potenciales que, de otra forma, el paciente no hubiera accedido voluntariamente a contar.
Cuando los terapeutas están atentos a los signos de alarma de la reanudación del consumo de drogas y de otras crisis, tienen una mayor oportunidad de que sus pacientes sigan el tratamiento.
About the Author: Dr. Josep Mª Fàbregas
Especialista en adicciones y director psiquiatra del centro de adicciones y salud mental Clínicas CITA. Inicié mi carrera profesional en el Hospital Marmottande París, donde trabajé con el Profesor Claude Olievenstein. Posteriormente me trasladé a Nueva York y, tras varios años de experiencia profesional, en 1981 fundé CITA (Centro de Investigación y Tratamiento de las Adicciones) con el objetivo de desarrollar un modelo de comunidad terapéutica profesional, el cual lleva 32 años en funcionamiento.
Autor: Comunicación Clínicas CITA