Han pasado casi dos meses desde que llegué a CITA, y puedo decir con certeza que estoy viviendo el mejor momento de mi vida. He aprendido a valorarme, a respetarme y, lo más importante, a quererme. Durante años, me sentí atrapada en una existencia monótona, casi como si estuviera dormida, pero ahora me siento más despierta que nunca. La energía fluye por cada rincón de mi cuerpo, y camino con determinación, acompañada por la esperanza, la alegría y la felicidad. Sé que estas emociones serán mis aliadas en el futuro, dándome la fuerza necesaria para afrontar los desafíos que vengan.
El proceso de transformación no ha sido fácil, pero cada paso ha valido la pena. Ahora me miro al espejo y me reconozco, me gusto, y lo más importante, me acepto. He descubierto que el verdadero amor propio no depende de la validación de los demás, sino de la conexión con uno mismo. Este cambio ha sido liberador y me ha dado una sensación de independencia que nunca antes había experimentado.
Uno de los mayores retos que enfrento ahora es la relación con mi familia. Sé que me apoyan incondicionalmente y que su cariño es fundamental para mi proceso, pero a veces su sobreprotección me abruma. Entiendo que han estado ahí para cuidarme, pero ha llegado el momento de tomar mis propias decisiones, de caminar por mi cuenta sin miedo. No quiero que sus preocupaciones o dudas condicionen mi camino, porque por primera vez en mi vida, mi destino lo elijo yo.
CONTACTAR CON CLÍNICAS CITA AHORA
No voy a negar que me asusta pensar que quizá no comprendan mis elecciones o que les cueste aceptarlas. Pero también sé que esta es una prueba necesaria para mi crecimiento. Aprovecharé su apoyo, pero sin permitir que dirijan mi vida. Este es mi momento, mi oportunidad de demostrarme a mí misma que soy capaz de enfrentar el mundo con determinación y seguridad.
Cada día en CITA ha sido un aprendizaje, una oportunidad para reconstruirme y fortalecer mi espíritu. He aprendido a dejar atrás el miedo, a confiar en mi intuición y a caminar con la cabeza en alto. Sé que aún me queda mucho camino por recorrer, pero ahora lo hago con una nueva perspectiva, con una energía renovada y con el firme propósito de vivir plenamente.
Esta etapa no solo marca un antes y un después en mi vida, sino que también es un testimonio de que el cambio es posible. No importa cuánto tiempo hayas estado dormido o atrapado en la incertidumbre, siempre hay una oportunidad para despertar y redescubrir la felicidad. Hoy, miro hacia el futuro con ilusión y con la certeza de que cada paso que doy me acerca a la vida que merezco.
Si algo he aprendido en este proceso es que el verdadero cambio comienza desde adentro. No se trata solo de circunstancias externas, sino de la actitud con la que enfrentamos la vida. Hoy elijo ser protagonista de mi historia, tomar el control y vivir con autenticidad. Porque por primera vez, mi vida es solo mía, y estoy lista para escribir cada capítulo con valentía y determinación.
Autor: Comunicación Clínicas CITA