Este es el testimonio de un paciente que ingresó en CITA para tratar su adicción a la cocaína. Este testimonio muestra el trabajo que hace un paciente desde el momento que resuelve la gran decisión: quiero dejar las drogas
Testimonio sobre las drogas
Dicen que no es posible cambiar. Pero sí que podemos darnos cuenta de cosas que probablemente estaban ahí, es decir, que formaban parte de nosotros aunque todavía no las habíamos descubierto, quizás porque las tapábamos con la adicción.
Yo creo que en realidad forman parte de nuestro yo verdadero, ese que hemos escondido, en mi caso durante tanto tiempo, más de media vida, por no aceptarme y por pensar, a su vez, que de este modo los demás me iban a aceptar.
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Respecto a estas cosas de las que ahora soy más consciente, me he dado cuenta de que puedo estar sola, de que no me cuesta e incluso de que me apetece, y de que en ocasiones me gusta. Y estando en estas situaciones, me es más sencillo conectar conmigo misma, con mis preocupaciones, con lo que me inquieta.
Y, a diferencia de antes, no me da miedo sino que lo puedo mirar de una manera esperanzadora, con la sensación de tener la oportunidad de empezar de cero y poder hacer lo que quiero, lo que me gusta, y enfrentarme con serenidad a estas cosas que me inquietan: la vuelta al trabajo, conocer gente nueva, construir una vida independiente en la que yo cuide de mí misma, poder comunicarme con mis padres de una forma cordial, fluida y asertiva, y cumplir mis expectativas sobre mí misma y no decepcionarme.
Además, he callado muchas veces y durante mucho tiempo para evitar conflictos, aún a pesar de estar haciéndome daño a mí misma.
Esto es la consecuencia de buscar la aprobación de los demás. Hoy, he aprendido a no callarme aunque me cueste. No cubrir mis necesidades emocionales me va creando un vacío que yo misma voy alimentando y que, poco a poco, se va haciendo más grande hasta que explota como un globo. Y yo exploto con él.
Autor: Comunicación Clínicas CITA