La abstinencia y la presión de grupo

La conocida consigna contra la droga: ‘Simplemente, di que no’, es ineficaz en el caso de los adictos. No es tan fácil como esto. Para empezar, un adicto es adicto porque no puede decir que no, no puede fijar fronteras ni respetar límites. Toda su vida ha buscado la aceptación y la aprobación de los demás por encima de todo ya que no se aprueba a si mismo. ¿Por qué de pronto habría de serle tan fácil decir que no?

Cuando se inicia la abstención, a menudo uno se encuentra ante un ofrecimiento de droga. Puede ser inesperado o puede provenir de personas a las que es incómodo decir que no, por lo que es posible encontrarse en problemas. Las tentaciones y las decisiones a tomar son infinitas.

Es esencial elaborar de antemano una manera cómoda y eficaz de decir que no. De lo contrario, cuando uno se encuentra en un aprieto, corre el riesgo de ceder. Aprender a fijar límites, a decir que no de un modo apropiado, es una parte imprescindible del proceso de recuperación.

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    La primera fase de la abstinencia

     

    En la primera etapa de la abstinencia, uno tiene la oportunidad de desaprender esta tendencia a complacer a la gente. La verdad es que a la mayoría de las personas no les importa que rechaces su ofrecimiento. Y, de importarles, encajarán tu negativa. E incluso si alguien se disgusta, lo que está en juego para ti es mucho más importante.

    Hay que estudiar previamente los tipos de situaciones en las que te expones a ser objeto de presiones sociales y preparar dos o tres modos educados pero firmes de decir que no cuando se presenten estas situaciones. ¿Qué te parece que vas a sentir? ¿¿La necesidad de ceder? ¿De complacer a los demás? ¿De no ser diferente? ¿De evitar que otros se sientan incómodos? Permite que aflore cualquier sentimiento de temor, ansiedad o ambivalencia.

    Haz una escenificación de cada situación con tu equipo terapéutico. Te sorprenderá lo útil que es la representación de roles. Y cuando te veas en un aprieto, no tendrás necesidad de inventar una respuesta ya que ésta estará incluida en tu repertorio de capacidades, lista para ser utilizada.

    La técnica básica para responder de forma asertiva consiste en enfrentarse a la persona que hizo la oferta y decirle que no, sencilla y firmemente.

    Si la otra persona trata de convencerte, desafiarte o discutir contigo, no te dejes arrastrar. Con calma y con firmeza, repite tu respuesta.

    Si alguien sigue presionándote después de varias respuestas, puedes poner fin a la conversación e irte si es necesario.

    Autor: Comunicación Clínicas CITA

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