Pensamientos aplicables a la problemática de las adicciones

Cuando nos marcamos objetivos, además de un plan de acción, debemos lidiar con las creencias limitantes: ‘Yo siempre he pensado que en la vida me va todo mal’, ‘No soy capaz de hacer nada de lo que me propongo’, ‘No puedo’, ‘No tengo edad para…’, ‘No se me da bien…’

Las creencias limitantes son ideas, opiniones o pensamientos negativos que consideramos como ciertas, sin que lo sean, y que tienen una influencia condicionante en nuestra vida. Quizás por una mala experiencia, quizás porque nos lo han repetido muchas veces, creemos algo que no se corresponde con la realidad. En el campo opuesto, tenemos las creencias potenciadoras, las ideas en positivo. Las creencias limitantes nos bloquean o anulan, las creencias potenciadoras nos impulsan a avanzar.

¿Dónde se originan estas creencias? Las adquirimos en nuestra infancia, que es cuando somos fácilmente programables y cuando las ideas se graban automáticamente en nuestro subconsciente. Especialmente durante el proceso de socialización: antes de los siete años, al no intervenir la mente consciente y racional, todo lo que vemos y oímos lo grabamos y archivamos directamente, sin cuestionarlo. Por lo tanto, nuestras creencias proceden del entorno en el que hemos vivido, la experiencia y/o las opiniones de los demás.

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    Frecuentemente, pensamos que ‘no podemos’ hacer tal cosa sencillamente porque un día, o quizás más  veces, hace mucho tiempo, lo intentamos y no lo conseguimos. O alguien cercano nos dijo que no lo podíamos hacer, que no servíamos para ello, etc. Ese recuerdo queda grabado y, ante una situación similar, es la primera frase que nos viene a la cabeza, y la pensamos y la decimos sin cuestionarla en absoluto. Seguramente, en una etapa adulta tenemos otras capacidades, otros conocimientos y recursos, estamos mejor preparados, pero esta idea en nuestra mente nos frena y nos impide actuar.

    La neuropsicología ha descubierto que nuestro cerebro aprende a saber qué esperar de cada momento. Por tanto, estas ideas o pensamientos actúan como profecías auto-cumplidas, ya que actúan como puertas o barreras a lo que podemos hacer.

    ¿Cómo cambiar las creencias limitantes? Una técnica sencilla consiste en tres pasos:

    • Tomar consciencia de la creencia que nos limita, identificarla. Preguntarnos: ¿En qué nos perjudica? ¿En qué me beneficia? ¿Cómo sería mi vida si esta creencia?
    • Substituirla por una creencia potenciadora o estimulante, y preguntarnos: ¿Cómo sería mi vida si creyera esto?
    • Entrenar o repetir la nueva creencia hasta incorporarla.

    Autor: Comunicación Clínicas CITA

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